Han pasado tres siglos en los cuales, como la madre convive con sus hijos, la Virgen María de la Caridad ha compartido nuestra...
Un dulce delicioso.
Una plaza en la que se levantan los bustos del gran estadista norteamericano, Franklin D. Roosevelt y del gran educador cubano...
Vivía en el campo y me criaba al suave calor de las costumbres patriarcales del Camagüey...
Compatriotas principeños / Ya que Bolívar, Victoria / Nos tienen en su memoria / Y han hecho fuertes empeños / Porque no tenga...
Tenme siempre a tu lado como antes me tenías, / disimula mis faltas, vibra en mis alegrías; / cuida de que nos dure para siemp...
¡Pero de unos y de otros habremos de rescatarla, amigos camagüeyanos! Ved que es vuestra Tula a quien se llevan entre ruindade...
María del Carmen, aunque no te he visto / podría pintarte en todos tus detalles. / María del Carmen, será inevitable / que un...
No dudes jamás, ángel adorado, de que tu amor es la dicha de esta alma enamorada,
En el año 1960 finalizaría la construcción de una casa en el reparto Puerto Príncipe cuya singular expresión resalta en el per...
Las palabras introductorias no son para un niño, ni tratan sobre un niño. Más bien quieren declarar (a alguien) lo que signifi...
Si no hay amor, no hay nada, y es oportuno el adiós.
No te embadurnes con cosméticos capitalinos, villa del Hatibonico.
Ni guías, ni delatores, ¡antes morir mil veces!
No importa cuánto admiremos y apreciemos otros países y otras culturas; lo primero y lo más sagrado será siempre el nuestro.
Tenemos hecho un juramento para respetar y hacer que se respete nuestra constitución.
¡La Bandera en el Morro! ¿No es un sueño? / ¡La Bandera en Palacio! ¿No es delirio? / ¿Cesó del corazón el cruel martirio? / ¿...
Es justo concederle un total y absoluto crédito científico al Dr. Finlay, por su extraordinario descubrimiento de que era el m...
Y desde entonces fue más ardiente, Cuba adorada, mi amor por ti.
Y su memoria, señora, será honrada, que no en vano se consagran a la patria años, de afanes mil y de fatigas coronadas por glo...
Y tú, adorada mía, no dudes jamás que vivo pensando en ti, que mi más ardiente deseo se cifra en que volvamos a reunirnos para...
¡Ay!, que esa voz doliente, / Con que su pena América denota / Y en estas playas lanza el Océano, / Murió —pronuncia— el férvi...
Al negro de negra piel / la sangre el cuerpo le baña; / la misma sangre, corriendo, / hierve bajo carne blanca.
Una grande revolución, entre otras varias, opérese en nuestros días. La mujer reivindica sus derechos.