Mientras la aurora con rosados tintes
Baña las nubes que al oriente vagan;
Nubes que arrolla con su leve soplo
Céfiro blando:
Mientras exhalan sus aromas puros
Flores que guardan de la noche el lloro;
Lloro que ostentan convertido en perlas
Trémulas hojas:
Mientras preludian jubilosos himnos
Coros volubles de pintadas aves,
Trisca el rebaño, y hasta el toro fiero
Brama de gozo:
Mientras se riza al matinal aliento
—Ovas ligeras sacudiendo— el río,
Discos formando con raudal sonoro
Límpida fuente:
Mientras que todo en la natura inmensa,
Vida y belleza de la luz recibe,
Tú ¡luz del alma! ¡de la gracia aurora
Séme propicia.
¡Sones, albores, y perfumes y auras,
Forman concento de armonioso aplauso...
Todos te aclaman del Autor del día,
Madre gloriosa!
Deja que en tanto que el empíreo absorto,
Dicha contempla y majestad tan alta,
Tímido el labio del mortal, tu nombre
Grato bendiga.
Grato bendiga, y a su influjo santo
Huyan del alma tenebrosas dudas,
Como las sombras de la noche fría
Huyen del alba.
Deja que en tanto que triunfante y leda,
Ella alboroza e ilumina al mundo,
Yo entre sus luces y cambiantes bellos,
Mire tu imagen!
Mire tu imagen, y mi lira humilde,
—Como las flores sus aromas leves—
Brote, en obsequio a tu beldad divina,
Fáciles ecos.
Ecos que ensalcen tu sin par destino,
Para que entienda el universo que eres
Reina del cielo, y en la tierra triste
Madre del pobre!
Pobre de gracia y de ventura, llamo
Como mendigo a tu sagrada puerta;
Óyeme ¡oh virgen! que de amor en alas
Vuela mi ruego.
Vuela mi ruego, y endulzando al pecho
Plácido el nombre —que doquier invoco—
Ecos del monte, del vergel y el valle,
Vuelven ¡María!
Vuelven ¡María! y sin cesar mi lengua
Torna ¡María! a pronunciar despacio...
Siempre ¡María! y cada vez más dulce
Suena ese nombre!
Pueda, asociarse a mi último suspiro,
Pueda ser ¡cielos! mi postrer acento....
¡Láncese mi alma, en su armonía envuelta,
Fuera del mundo!
Incluido en Obras literarias de la Señora Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda. (Colección completa). Madrid, Imprenta y estereotipia de M. Rivadeneyra, 1869, t.I., pp.121-123. Tomado de cervantesvirtual.com