Mientras preludian jubilosos himnos Coros volubles de pintadas aves, Trisca el rebaño, y hasta el toro fiero Brama de gozo:
Mientras se riza al matinal aliento —Ovas ligeras sacudiendo— el río, Discos formando con raudal sonoro Límpida fuente:
Mientras que todo en la natura inmensa, Vida y belleza de la luz recibe, Tú ¡luz del alma! ¡de la gracia aurora Séme propicia.
¡Sones, albores, y perfumes y auras, Forman concento de armonioso aplauso... Todos te aclaman del Autor del día, Madre gloriosa!
Deja que en tanto que el empíreo absorto, Dicha contempla y majestad tan alta, Tímido el labio del mortal, tu nombre Grato bendiga.
Grato bendiga, y a su influjo santo Huyan del alma tenebrosas dudas, Como las sombras de la noche fría Huyen del alba.
Deja que en tanto que triunfante y leda, Ella alboroza e ilumina al mundo, Yo entre sus luces y cambiantes bellos, Mire tu imagen!
Mire tu imagen, y mi lira humilde, —Como las flores sus aromas leves— Brote, en obsequio a tu beldad divina, Fáciles ecos.
Ecos que ensalcen tu sin par destino, Para que entienda el universo que eres Reina del cielo, y en la tierra triste Madre del pobre!
Pobre de gracia y de ventura, llamo Como mendigo a tu sagrada puerta; Óyeme ¡oh virgen! que de amor en alas Vuela mi ruego.
Vuela mi ruego, y endulzando al pecho Plácido el nombre —que doquier invoco— Ecos del monte, del vergel y el valle, Vuelven ¡María!
Vuelven ¡María! y sin cesar mi lengua Torna ¡María! a pronunciar despacio... Siempre ¡María! y cada vez más dulce Suena ese nombre!
Pueda, asociarse a mi último suspiro, Pueda ser ¡cielos! mi postrer acento.... ¡Láncese mi alma, en su armonía envuelta, Fuera del mundo!
Incluido en Obras literarias de la Señora Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda. (Colección completa). Madrid, Imprenta y estereotipia de M. Rivadeneyra, 1869, t.I., pp.121-123. Tomado de cervantesvirtual.com
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Comentarios
Elinor Pérez
4 años
En este cántico de alabanza a la Virgen, La Avellaneda encabalga versos de diferentes medidas, recurre al antiquísimo ovillejo y el resultado es un asombroso poema escrito por una mujer del siglo XIX.
Nunca tan oportuno este cántico de alabanza, como bien expone la poeta "Para que entienda el universo que eres
Reina del cielo, y en la tierra triste
Madre del pobre!". Una manera de suplicar
Comentarios
Elinor Pérez
4 añosEn este cántico de alabanza a la Virgen, La Avellaneda encabalga versos de diferentes medidas, recurre al antiquísimo ovillejo y el resultado es un asombroso poema escrito por una mujer del siglo XIX.
Maritza Betancourt Bernal
4 añosNunca tan oportuno este cántico de alabanza, como bien expone la poeta "Para que entienda el universo que eres Reina del cielo, y en la tierra triste Madre del pobre!". Una manera de suplicar
Maritza Betancourt Bernal
4 añosY desde tan remoto tiempo, a la madre virgen, para que RUEGUE por nosotros.
Maritza Betancourt Bernal
4 añosCuánto la necesitamos.
Maritza Betancourt Bernal
4 añosLa Avellaneda, nos la acerca desde su mirada. Y nosotros, agradecidos