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     Para hacer esta muralla,
     tráiganme todas las manos:
     los negros, sus manos negras,
     los blancos, sus blancas manos.

     Ay,
     una muralla que vaya
     desde la playa hasta el monte,
     desde el monte hasta la playa, bien,
     allá sobre el horizonte.

     —¡Tun, tun!
     —¿Quién es?
     —Una rosa y un clavel...
     —¡Abre la muralla!
     —¡Tun, tun!
     —¿Quién es?
     —El sable del coronel...
     —¡Cierra la muralla!
     —¡Tun, tun!
     —¿Quién es?
     —La paloma y el laurel...
     —¡Abre la muralla!
     —¡Tun, tun!
     —¿Quién es?
     —El alacrán y el ciempiés...
     —¡Cierra la muralla!

      Al corazón del amigo,
      abre la muralla;
      al veneno y al puñal,
      cierra la muralla;
      al mirto y la hierbabuena,
      abre la muralla;
      al diente de la serpiente,
      cierra la muralla;
      al ruiseñor en la flor,
      abre la muralla...

      Alcemos una muralla
      juntando todas las manos:
      los negros, sus manos negras,
      los blancos, sus blancas manos.

      Una muralla que vaya
      desde la playa hasta el monte,
      desde el monte hasta la playa, bien,
      allá sobre el horizonte...


En la voz de Ana Belén.
Ana Belén y Victor Manuel.


       Tomado de
Poeticous.

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Comentarios
Romel Hijarrubia Zell
3 años

Una de las pocas buenas poesías de Guillen "por encargo", que es poesía, canción, grito de unidad, Muy buena. De la "Canción protesta", siempre recuerdo la más auténtica,- en mi criterio-, de Silvio Rodríguez, desaparecida, desde luego, "Masa" o "La Masa". Un himno de guerra por la libertad y contra el dogmatismo. R.

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Henry Mazorra
3 años

@Romel H. Zell Qué cosa está desaparecida?

Alfredo Jiménez
2 años

¡Bello canto de unión entre los seres humanos! Describe con audaz imaginación un paraíso terrenal edificado por TODOS, sin los absurdos e inútiles prejuicios de raza; donde queda desterrado por voluntad colectiva todo lo ominoso del mundo. Convertido en canción en varias versiones, este poema ha adquirido virtudes de himno, aunque por sí mismo ya llevaba música, la cadencia espontánea y sensual del enorme Nicolás Guillén. (Tomado de Poéticous)

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