Carta a Natalia Aróstegui, 1936
Una de las cosas que he pensado al volver a mi jardín es lo agradable que sería escucharle unos versos —cualesquiera, los que Ud. eligiera— en él, que el doctor le diga qué bello es mi jardín. Y qué noble.
Cuento vulgar
Una serena tarde, cuando la primavera / esmaltaba de rosas y nardos la pradera, / y el céfiro besaba los naranjos en flor... / mientras el sol reía con su risa de oro... / las aguas de la fuente murmuraban a coro... / y en la selva vecina cantaba el r...
Cartas a Emilio Ballagas
Y no sé si soy poetisa admirable pero quiero saber que me admira Ud.
Amanecer
Hoy adorna nuestra revista el retrato de la bella e inteligente hija del general Enrique Loynaz del Castillo. Sólo cuenta 16 años y ya figura entre las mejores poetisas cubanas. Felicitamos afectuosamente a la distinguida jovencita y a sus amantes pad...
El poema de Cristo (Diez sonetos a Cristo)
Los que luego serían conocidos como los “Diez sonetos a Cristo” fueron publicados en 1921 en la Revista de la Asociación Femenina de Camagüey como “El poema de Cristo”.
Razones por las cuales fue concedida la entrevista a Bohemia (carta a Aldo Martínez Malo)
...en la misma revista que dio publicidad al infundio de Guillén, doy fe de vida de la negada Academia, y por último me doy el gusto de poner en ridículo al Sr. Guillén.
La risa, cuando puede participarse, hermana a los hombres (discurso en la aceptación del Cervantes)
Mi padre lee algunos pasajes del Quijote y ríe. Pero, ¿dónde se encontraba mi padre?, en la más difícil de las situaciones, perseguido y extraviado en plena selva tropical.
La Avellaneda, una cubana universal
¡Pero de unos y de otros habremos de rescatarla, amigos camagüeyanos! Ved que es vuestra Tula a quien se llevan entre ruindades y pequeñeces.
Ellas no fueron al garden party
Seguramente busca en su memoria el nombre de esa viuda rebelde y altiva como si sangre de Historia le corriese en las venas; esa viuda que recaba dándose aires de trofeo su trofeo, su ausencia en el Garden Party.
Carta a Gonzalo Aróstegui
Gracias, mil gracias amigo mío, por el deleite espiritual que me ha proporcionado y acépteme con ellas el testimonio de mi más alta consideración y deferencia…
Cartas al Doctor Gonzalo Aróstegui
Adiós a Nueva York, adiós a Prometeo rígido, presintiendo ya la piedra a que debía apretarse…
Sobre el autor
La poetisa, novelista y ensayista Dulce María Loynaz (La Habana 1902-1997), una de las más exquisitas autoras cubanas, obtuvo el Premio Miguel de Cervantes en 1992. Fue merecedora igualmente del Premio Nacional de Literatura en su país natal, y de la Orden Isabel La Católica y del Premio Federico García Lorca en España. Poemas sin nombre, Carta de amor al Rey Tut-Ank-Amen y Juegos de agua son algunos de sus poemarios, a los que se suman su novela Jardín y el libro de viajes Un verano en Tenerife. Ingresó en la Academia Cubana de la Lengua en 1959 y, nueve años más tarde, en la Real Academia Española. Tras varios años de retiro publicó Poesías escogidas (1984), Bestiarium (1991) y Fe de vida (1994).