Loading...

Ayer fue el Día de los Santos Inocentes... (Pisto Manchego, 29 de diciembre de 1924)

1

Ayer fue el Día de los Santos Inocentes... (Pisto Manchego, 29 de diciembre de 1924)

1

Ayer fue el Día de los Santos Inocentes y la clásica fecha sirvió para que la mentalidad popular gozara “cogiendo” a los que salieron a la calle sin acordarse de que había inocentes en el mundo.

Tito, nuestro estimado compañero de Redacción, se fue de inocentada también y logró que muchos estimables ciudadanos cayeran en la trampa con su noticia de que Wills, el aspirante a la fama mundial del boxeo, había abatido a tiros al campeón de peso completo Mr. Dempsey.

Jack Dempsey

Conozco muchos a quienes tal bola no les produjo asombro mayor que si se les hubiera dicho por ejemplo, que Leoncio Barrios había quitado la sastrería o que la Nueva Funeraria se había convertido en una compañía de vender pescado.

—¡Ahora sí que se fastidió Dempsey, caballeros!

—¡Wills no lo habrá noqueado en un ring, pero le ha descompuesto la comida para siempre!

Lo único que faltaba era que Tito estuviera detrás de cada uno de estos cándidos lectores en el momento oportuno para gritarles como hacen los muchachos:

—¡Guichilio, te cogí de inocente!

Él me encarga, como hombre serio al fin, que haga saber por medio de mis columnas que lo de Dempsey fue mentira. El Ciclón del Lago Salado, como creo que le dicen al hombre, sigue perfectamente bien, y lo mismo le ocurre a Wills que debe ser otro ciclón, aunque yo no sé de qué lago. Los dos habrán pasado la noche de los Inocentes encantados de la vida, mucho más Dempsey que Wills y cómodamente instalados en sus respectivas camas, que si no son adquiridas en la ferretería del Sr. Casildo López, no han de ser mejores tampoco.

Esta inocentada de Tito ha tenido gracia. Pertenece a aquellas en que después de ser descubierta la mentira hacen florecer una amplia sonrisa en todos los labios.

Sin embargo, hay otras que maldita la sal que puedan tener.

Ayer me he echado yo a la cara muchísimas inocentadas que me han causado por lo tontas un efecto tan desastroso como si me hubieran robado la lámpara de la Casa Mendía, Maceo 12, que tengo yo en mi casa.

—Oiga, amigo, se la ha caído la cinta al sombrero.

—Amigo, se le cae el rabo al caballo.

—Encienda su cigarro que está apagado.

Y muchísimas cosas por el estilo, producto de la fainera de algunos ciudadanos.

Para el año que viene es menester afilarse la mollera y tratar de encontrar algunas fórmulas ingeniosas —como hizo Tito— para coger de inocente, el día 28 de diciembre.


Y ahora una noticia que no tiene nada de inocentada: La Gran Señora, el colosal establecimiento de la Plaza de las Mercedes, se ha ido de balance de fin de año también. Todo el vasto edificio presenta un aspecto peor que el de Roma después de ser saqueada por los bárbaros.

Por donde quiera hay telas, zapatos, colchonetas, mosquiteros, medias, sombreros, esencias, hilos… ¡El demonio y la capa!

Sin embargo, como me dijo ayer Joaquín, después de todo eso, vendrá algo que es importantísimo, y es una estupenda rebaja en los precios, el cincuenta por ciento lo menos, lo cual quiere decir tanto como que muchas mercancías serán regaladas. Si no hubiera pasado ya el día 28, cualquiera iba a creer que se trataba de otra inocentada.

Pero es una verdad más grande que la torre de la iglesia de San Francisco.

Interino
Lunes 29

Publicado en El Camagüeyano, el 29 de diciembre de 1924. Tomado de Nicolás Guillén: Pisto manchego. Compilación y prólogo de Manuel Villabella. La Habana, Ed. Letras Cubanas, 2013, t.II, pp.369-370. (Ésta, como otras tantas, apareció en el periódico sin título propio, eso explica las cursivas en el título con que la publicamos y con que aparece en el citado volumen compilado por Manuel Villabella).
Nota de El Camagüey: Entre 1924 y 1925 Nicolás Guillén asumió la redacción de la sección Pisto Manchego, en el periódico El Camagüeyano, una sección que combinaba la crónica periodística y la publicidad comercial. Debía anunciar los servicios de una funeraria, de un sastre y de El Baturro, las gaseosas Pijuán y el Colmado La Palma, la Casa Mendía, los muebles de Casildo López, los cigarros de Calixto López... La sección era diaria y muy ocurrente. Había sido creada por un periodista español, de apellido Santovenia, y su nombre, el de un plato español, es una metáfora precisamente de la mezcla consustancial a su espíritu, a medio camino entre el periodismo y la publicidad.

4
También en El Camagüey:

El boletín de El Camagüey

Recibe nuestros artículos directamente en tu correo.
Subscribirse
¿No tienes cuenta? Créate una o inicia sesión.