Tú, que cuando la luz en el cielo encendiste / que nos bañara a todos los hombres le dijiste, / Señor: Pasó ya el tiempo de la...
Un poema de Esteban Borrero publicado en El Fígaro.
¡Cómo nutres de luz a tu criatura / en tanto la devoras! ¡Qué secreta, / qué secreta, Señor, es tu ternura!
De libertad, sublime y glorïoso, / El pendón recibid, camagüeyanos; / Con entusiasmo desplegadlo ufanos, / Que ha llegado el m...
Ilesa isla intacta / bozal del mar nómada, / cabezal de nardos / ahogados en luz.
No le basta a la nube el firmamento, / ni basta al árbol de la flor la gala, / ni al ave errante la ilusión del ala, / ni al h...
No existe lazo ya; todo está roto: / plúgole al cielo así, ¡bendito sea!, / amargo cáliz con placer agoto; / mi alma reposa al...
Es el suyo un arte incisivo y consolador a un tiempo, fraternal y superior, positivo sin imposición y sin impostura.
A Camagüey suelo ir / por revivir / mis claros días de infancia. / Aspiro allá en su fragancia / rosas que no volverán.
Yo no voy a decirte que soy un hombre puro. / Entre otras cosas / falta saber si es que lo puro existe.
Epístola de Dios. La poderosa / mano lanzó la flecha que corría / a un destino de antena temblorosa.
Tú, que dejaste la tierra, / responde tú, / donde tu padre reposa / bajo una cruz, / ¿dónde dejarás tus huesos? / Responde tú.
Sólo sabrás dos cosas: de amor y de belleza. / Lo demás... nada importa. Toda la vida es / amar; sentir lo bello; tener una tr...
Comemos muerte cada día, / y la muerte nos roe cada noche.
Si pregunta por mí, traza en el suelo / una cruz de silencio y de ceniza / sobre el impuro nombre que padezco.
Apreciaba el mérito donde quiera que se manifestase, aun sobre sus propios adversarios profesionales, y para todos tenía un el...
¡Tú ostentas a Dios hecho hombre! / ¡Tú elevas el hombre hasta Dios!
¡De Adán el linaje ya está redimido! / ¡Y aún queda la Madre al pie de la Cruz!
El fondo ascético del cristianismo se descubre admirablemente en las escenas que ha tratado de preferencia M. Tissot, en lo qu...
La forma de la muerte no es una calavera. Es tu ausencia como una llanura calcinada.
¡Qué penumbra de dalia desterrada! / ¡Qué eclipse de guitarra y romancero! / ¡Qué apagarse de trenzas y toreros / Yerra dolien...
Sapito y Sapón son dos muchachitos de buen corazón.
La distancia no existe. Abres una ventana, / albergue de palomas huidizas, y en la nieve, / serenas aparecen por un instante b...
Marín Varona ha dotado a su país de una obra tipo, que bien podemos llamar nacional, ya que si no lo es en el pensamiento, lo...