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      ¡Sombra de mis amores alzada en mi albedrío
      por quien desborda el alma risas francas y mieles,
      ven a ceñir mi frente de rosas y laureles
      y a ungirla con frescores sagrados de rocío!

      Ven a entonar conmigo tus cantares, te espero
      al son del sistro alegre de mi sentir pagano
      del sicomoro agreste bajo el dosel lozano
      que mece sus ramajes a orillas del sendero.

      Escucharán las selvas, absortas, nuestro idilio
      suave, como los versos campestres de Virgilio
      dilatarán, por vernos, los astros sus pupilas,

      y cuando nos salude la aurora en el levante
      jugueteará en el céfiro nuestro adiós suspirante,
      mientras que se despiertan sonoras las esquilas.


Incluido en ¡Como los pájaros! (1922). Tomado de Antología literaria. Verso, prosa y traducción poética. Selección e introducción de Manuel J. Santayana Ruiz. Prólogo, edición y notas de Emilio Bernal Labrada. Nueva York, Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), 2020, p.66.

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