Yo adoro en el Otoño la expresión transitoria que llena los jardines de gracia pensativa, y en que en el gentil donaire del aura migratoria idealiza el ambiente con una unción votiva.
Si ha muerto ya el Estío, su muerte es ilusoria; aún mora en la floresta como alma sensitiva: viviendo el apogeo de una doliente gloria, llenando los jardines de gracia pensativa.
Yo adoro la expresión rojiza, que en la fronda remeda, persistente, la pasajera onda de luz crepuscular con su melancolía.
Y la hora exquisita de suprema belleza donde, en nupcial momento de sagrada tristeza, se funde en el Otoño la tarde en agonía...
Incluido por Mirta Yáñez en su Antología del soneto hispanoamericano. La Habana. Editorial Arte y Literatura, 2018, p.145. Tomado de Mariano Brull: Poesía. Compilación, prólogo y notas de Emilio de Armas. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1983, pp.65-66.
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