Toi qui plonges dans lʼéternel
Et reviens les mains vides,
Plein dʼun oubli qui ne pèse
Que sur les cils chargés de songes;
Toi qui de rien combles ta vie
Pour être plus léger à lʼange
Qui suit tes pas, le yeux fermés,
Et no voit point que par tes yeux;
As-tu trouvé les corps dʼIcare
À lʼombre de tes ailes perdues?
Quʼest-ce qui tʼa rendu muet
Parmi les sables du néant,
Toi qui plonges dans lʼéternel
Et reviens les mains vides?
Escrito originalmente en francés. Incluido en Tiempo de pena (1950). Tomado de Mariano Brull: Poesía. Compilación, prólogo y notas de Emilio de Armas. La Habana, Ed. Letras Cubanas, 1983, p.147.
Se incluye la traducción literal de Cintio Vitier, tomada también del libro preparado por Emilio de Armas (pp.147-148), quien a su vez la tomó de Lo cubano en la poesía:
A ti mismo
Tú que buceas en lo eterno
y vuelves con las manos vacías,
lleno de un olvido que solo pesa
en las pestañas cargadas de sueños;
tú que de nada colmas tu vida
para serle más ligero al ángel
que sigue tus pasos con los ojos cerrados
y no ve sino por tus ojos;
¿has encontrado el cuerpo del Ícaro
en la sombra de tus alas perdidas?
¿Qué es lo que te ha vuelto mudo
entre las arenas de la nada,
a ti que buceas en lo eterno
y vuelves con las manos vacías?