Mañana es Día de los Santos Reyes. Melchor, Gaspar y Baltazar deben de estar llegando, y ya estuvieran entre nosotros, si hubieran utilizado medios más rápidos que los clásicos camellos, el ferrocarril, por ejemplo.
Pero ellos son así y cualquiera no va a hacerlos desistir de sus viejas costumbres.
Yo, que creo en los Reyes, aunque parezca mentira y que me siento tan niño como el que más, estoy tomando mis medidas.
Esta noche, con toda seguridad, pondré a la vera de la cama en que duermo (comprada en la ferretería de Casildo) mis zapatos, con una carta que dirá poco más o menos lo siguiente:
Sres. Gaspar, Melchor y Baltazar
Presentes
Mis queridos amigos: les ruego tengan la bondad de ponerme dentro de los “adjuntos” zapatos un traje hecho por Leoncio Barrios, una lámpara de la Casa Mendía y una caja de medias de La Gran Señora.
Sin más por hoy, quedo de ustedes hasta el año que viene por esta fecha, muy atento y agradecido amigo,
Interino
Ya sé yo que el lector va a decirme que todo lo que yo le pido a los Reyes en la misiva anterior no cabe en los zapatos que uso, aunque cada uno de ellos pareciera un ataúd de la Nueva Funeraria. Esto no me importa, sin embargo; y si no cabe el pedido dentro, ya ellos se encargarán de dejarlo afuera. La cuestión es que lo pongan.
Y, si fuera cosa que se pudiera dejar en un par de zapatos, hasta les pediría yo a mis amigos que me pusieran en ellos ¡un año sin trabajo y con sueldo!
Pero no es posible.
Interino
Lunes 5
Publicado en El Camagüeyano, el 5 de enero de 1925. Tomado de Nicolás Guillén: Pisto manchego. Compilación y prólogo de Manuel Villabella. La Habana, Ed. Letras Cubanas, 2013, t.III, pp.17-18. (Ésta, como otras tantas, apareció en el periódico sin título propio, eso explica las cursivas en el título con que la publicamos y con que aparece en el citado volumen compilado por Manuel Villabella).
Nota de El Camagüey: Entre 1924 y 1925 Nicolás Guillén asumió la redacción de la sección Pisto Manchego, en el periódico El Camagüeyano, una sección que combinaba la crónica periodística y la publicidad comercial. Debía anunciar los servicios de una funeraria, de un sastre y de El Baturro, las gaseosas Pijuán y el Colmado La Palma, la Casa Mendía, los muebles de Casildo López, los cigarros de Calixto López... La sección era diaria y muy ocurrente. Había sido creada por un periodista español, de apellido Santovenia, y su nombre, el de un plato español, es una metáfora precisamente de la mezcla consustancial a su espíritu, a medio camino entre el periodismo y la publicidad.