En Camagüey hay una calle cuyo nombre parece desentonar con el resto de las denominaciones al uso. Hablo de Van Horne, hoy devenida boulevard, llamada así por el apellido del ciudadano canadiense, nacido norteamericano, Sir William Van Horne, quien fuera gerente de la Cuba Railroad y tuviera a su cargo la ejecución del ambicioso proyecto de llevar el ferrocarril desde las provincias centrales hasta el oriente de la isla. Fue precisamente en la ciudad de Camagüey donde Van Horne ubicó el centro administrativo y operacional de la compañía, fijó su residencia y desplegó una importante obra, incluido el ya desaparecido Hotel Camagüey, edificio que comparten hoy el Museo Provincial Ignacio Agramonte y la Academia de las Artes Vicentina de la Torre.
Las postales del Hotel Camagüey
20Las postales del Hotel Camagüey
20El otrora Cuartel de Caballería de las tropas españolas en Camagüey, abandonado por éstas en diciembre de 1898, fue arrendado a la empresa ferroviaria The Cuba Railroad Company. La operación se ajustó el 3 de abril de 1903 por un término inicial de 25 años. Las obras de ampliación y remodelación fueron ejecutadas por el ingeniero Ignacio E. Agramonte Simoni y concluidas bastante pronto, pues ya en enero de 1905 el Hotel Camagüey abrió sus puertas.
Esta instalación contó con los primeros baños sanitarios de la ciudad y una hermosa vajilla encargada a la prestigiosa firma norteamericana Reed & Barton. Sus jardines alcanzaron renombre por la belleza y variedad de especies exóticas. Entre sus huéspedes más conocidos figuran los famosos cantantes líricos españoles Esperanza Iris e Hipólito Lázaro; los aviadores Mariano Barberán y Joaquín Collar, héroes del vuelo Sevilla-Camagüey; el químico estadounidense Leo Baekeland, inventor de la baquelita, entre otros.
En el transcurso de sus casi cuatro décadas de existencia y con el fin de que sus huéspedes, sobre todo los foráneos, las diseminaran entre sus familiares y amigos, se editaron decenas de postales, fundamentalmente con vistas de sus exuberantes jardines. La propia empresa que lo administraba editó dos series de cuarenta y ocho postales cada una con imágenes de pueblos y ciudades desde Santa Clara hasta Santiago de Cuba, territorios en la ruta del Ferrocarril Central.
Tengo en común con William Van Horne la residencia compartida entre Canadá y Cuba, razón de mi interés por conocer más a fondo al hombre y su intensa actividad para el fomento del ferrocarril en ambas naciones. En los últimos diez años, al saber de la existencia de las referidas postales, inicié su búsqueda y adquisición. En este momento poseo una colección que asciende a más trescientos ejemplares, setenta de los cuales contienen imágenes diferentes del hotel, comercializadas por casas tan reconocidas en su época como The Rotograph Co., Harris Bross. Co., Roberts Tobacco Co., Jordi, Juan Marcolesco y los impresores camagüeyanos Cortiñas y la Casa Riverita.
Me proporciona gran satisfacción compartirlas con los lectores de El Camagüey y aspiro, incluso, a exhibirlas en el Museo del Ferrocarril que la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey ha proyectado en la edificación antiguamente empleada como terminal. Me gustaría hacerlo no sólo por la colección, sino por la memoria del apasionado canadiense, gestor del nacimiento y desarrollo del ferrocarril central de la isla, quien convirtió a una tranquila comarca de pastores y sombreros en la ciudad cubana poseedora de la más importante actividad y cultura ferroviaria.