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I

Difundía la alborada
Pálida luz en el cielo;
El cóndor remonta el vuelo
Hasta la cima nevada.

A la difusa vislumbre,
En la ladera distante,
Se ve un viajero arrogante
Que va ganando la cumbre.

¡Con qué bizarro ardimiento
Sube intrépido y avanza:
Por enseña la esperanza,
Por corona el pensamiento!


II

A la luz del sol poniente
Abate el condor su vuelo; 
Con las aguas del deshielo
Va desbordado el torrente.

Baja por la áspera breña,
Aterido y vacilante,
Aquel viejo arrogante
De la corona y la enseña.

Trae extinguida la lumbre
De una ilusión malograda,
Y la frente coronada
Con las nieves de la cumbre.


Tomado de El Fígaro, Año V, Núm.2, enero 20 de 1889, p.2.

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