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A papá

 Ya no tengo un recuerdo que me acoja
 ni un sueño que me alumbre... Sola y muda,
 sin quietud ideal ni lucha ruda
 voy en la tarde gris o el alba roja...

 Ya nada me entusiasma o me acongoja,
 ya nada me combate ni me ayuda...
 ya... sólo soy la tierra cruda
 para todos los vientos, mustia hoja...

 Ni un recuerdo, ni un sueño... nada, nada...
 que es la vida una senda siempre errada
 donde el Hombre, cansado peregrino,

 impulsado por yo no sé qué empeño
 deja cada recuerdo y cada sueño
 en las ásperas zarzas del camino...

Imagen de la poetisa que acompaña este soneto en la Revista de la Asociación Femenina de Camagüey.


Tomado de
Revista de la Asociación Femenina de Camagüey. Año IV, Núm 37, Camagüey, enero de 1924.
El Camagüey agradece Efrén Corujo Rivero, Yisel Saavedra González, especialistas de la Biblioteca Provincial Julio Antonio Mella de Camagüey, y a la pianista Lourdes María Cepero Estrada su colaboración.

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