Admirado amigo:
Gracias, mil gracias por los libros con que Ud. me ha favorecido tan amablemente, tan bondadosamente.
Ha sido una delicada muestra de deferencia que no olvidaré nunca…
Pensando siempre ir a hacerle una visita y así expresarle mi agradecimiento con más placer todavía, he demorado tanto el envío de esta carta… ¿Verdad que Ud. me perdonará, Dr.?
Admirable el libro de nuestra gran poetisa admirable… y los otros también…
Gracias, mil gracias amigo mío, por el deleite espiritual que me ha proporcionado y acépteme con ellas el testimonio de mi más alta consideración y deferencia…
Dulce María Loynaz Muñoz
El Camagüey agradece a Natacha del Río Bolívar la posibilidad de publicar esta carta.