Escenas cotidianas (10)
El sistema de vivir de gorra literaria, se ha hecho tan general que casi es una costumbre.
Escenas cotidianas (25)
Las acciones humanas son buenas o malas por su naturaleza; y que no es dado a ningún hombre, ni a todos los hombres, ni al tiempo pasado, ni al presente, ni a los que mandan, ni a los que obedecen, hacer que lo bueno sea malo, ni lo malo bueno, la ver...
Carta al Conde de Pozos Dulces
...tenga paciencia para oír algunos incidentes en clase de anécdotas y que se rosan con la historia de mis andanzas.
Carta a José de la Luz y Caballero (21 de diciembre de 1838)
Año Nuevo, año de amor, de reconciliación; y de guerra, sólo a la ignorancia, a la esclavitud y al vicio.
San Juan de 1839
¿Qué queréis decir vosotros, retrógrados y estacionarios, con vuestra charla grave y compasada: respetad las costumbres del Camagüey, no desacreditéis al Camagüey en la opinión pública?
Escenas cotidianas (20)
Existe un mal en la sociedad que, según sea el remedio con que se pretenda curarle, produce efectos diametralmente opuestos: este mal es la pobreza. Si el remedio es juicioso y enérgico, el resultado es producir la moralidad y la riqueza, fuentes copi...
El Lugareño
Quiero que al leer El Lugareño entiendan que habla un lugareño.
Carta a José Antonio Saco – 3 de abril de 1849 (fragmentos)
...para salvar a Cuba no queda otra puerta entreabierta que la de los Estados Unidos, único pueblo, única gente que acá en América tiene vergüenza, saber, fuerza y unión como nación libre. A nadie quiero ofender, Saco mío; pero yo deseo para Cuba los...
Escenas cotidianas (15)
...la mejor regla para conocer a un retrógrado camagüeyano es proponerle hacer una cosa que todavía no se haya hecho. Antes que acabéis de explicaros interrumpirá vuestro discurso gritando: ¡disparate, innovaciones! ¡imposible!, eso no se puede hacer...
Escenas cotidianas (7)
No todos saben, y es preciso que lo sepan, que en nuestro Camagüey es la lengua la parte del cuerpo que más se ejercita.
Escenas cotidianas (3)
Tendido el blanco pliego sobre el escritorio, la flexible pluma asida entre el pulgar y el índice de la derecha, la cerdosa patilla entre la izquierda, con un puro de Yara en la boca y vagando la vista entre las ondas espirales del humo que se eleva,...
Sobre el autor
Gaspar Betancourt Cisneros (1803-1866), conocido como El Lugareño, fue un destacado intelectual principeño y adalid del progreso. Viajó a Estados Unidos para completar su formación y trabajó en Filadelfia, donde se relacionó con figuras de la talla de José Antonio Saco, de quien llegó a ser gran amigo. En 1838 publicó en la Gaceta de Puerto Príncipe sus sabrosas Escenas cotidianas, complemento de su labor reformadora.