Rompo una rosa y no te encuentro.
Al viento, así, columnas deshojadas,
palacio de la rosa en ruinas.
Ahora —rosa imposible—empiezas:
por agujas de aire entretejida
al mar de la delicia intacta,
donde todas las rosas
—antes que rosa—
belleza son sin cárcel de belleza.
Incluido en Solo de rosa (1941). Tomado de Poesía. Compilación, prólogo y notas de Emilio de Armas. La Habana, Ed. Letras Cubanas, 1983, p.143.