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Viento de la luz de junio

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Viento de la luz de junio

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Para Aurora Villar Buceta

   
    Llévame por donde quieras,
    viento de la luz de junio,
    —remolino de lo eterno.

    ¿A dónde?
    Si ya he ido, si ya vuelvo.
    Si ya nada quiero, nada; 
    ni lo que tengo, ni aquello
    que estuve soñando ayer.
    Ahora por no querer y no saber lo que  quiero
    lo quiero todo... ¡Qué júbilo!
    ¡Qué beato ahogarse en tu oleaje!
    Soy como un niño que estrena
    la pura emoción del Quiero.

    ¡Ay, la espuma, lo lejano
    y aquellas voces, naranjas
    —tacto, color, fragancia—
    que se mueven en las frondas
    como sorpresas redondas!

    Llévame adonde tú quieras
    —tú me ciñes, tú me vences—
    que ahora me rindo dócil,
    a tu voluntad viajera,
    luz de jugar y de huir...

    Llévame, llévame, llévame
    a secuestrarme en lo eterno
    —ansia, oleaje, grupa, crin—
    viento de la luz de junio.

Foto de Emilio Ballagas que acompaña la edición de este poema en Lunes de Revolución.


Tomado de Lunes de Revolución, septiembre 14 de 1959, no.26, p.3. (Número especial. Homenaje a Emilio Ballagas.)

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