Es grata al caminante en noche fría
La alegre llama del hogar caliente:
Grata al que corre bajo el sol ardiente
La fresca sombra de arboleda umbría:
Grato, como dulcísima armonía,
Para el sediento el ruido de la fuente:
Y grato respirar en libre ambiente
Para quien sale de mazmorra impía.
Es grata, en fin, la lluvia al campesino;
Grata al guerrero belicosa fama;
Y grato el natal suelo al peregrino:
Pero más que aire, sombra, fuente, llama,
Lluvia, patria, laurel, ¡Jesús Divino!
Tu nombre es grato al corazón que te ama.
Tomado de Devocionario nuevo y completísimo en prosa y verso.
Imprenta y librería de D.A. Izquierdo Sevilla, 1867, p.189.
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