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Última rima

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Última rima

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    Yo he soñado en mis lúgubres noches,
    en mis noches tristes de penas y lágrimas,
    con un beso de amor imposible
    sin sed y sin fuego, sin fiebre y sin ansias.

    Yo no quiero el deleite que enerva,
    el deleite jadeante que abrasa,
    y me causan hastío infinito
    los labios sensuales que besan y manchan.

    ¡Oh, mi amado!, ¡mi amado imposible!
    Mi novio soñado de dulce mirada,
    cuando tú con tus labios me beses
    bésame sin fuego, sin fiebre y sin ansias.

    Dame el beso soñado en mis noches,
    en mis noches tristes de penas y lágrimas,
    que me deje una estrella en los labios
    y un tenue perfume de nardo en el alma.


Este poema fue dictado por Juana a una de sus hermanas por serle ya imposible sostener el lápiz y el papel entre las manos. Es su último poema.
Apareció por primera vez en El Fígaro, año XI, 1896, No.16, p.184, con una anotación paréntesis: Escrito días antes de morir en Key West.
Tomado de Juana Borrero: Poesías. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba, 1966, p.94.

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