Dramatis personæ
Larisa, La Salamandra
Lorencito, camionero, antiguo chulo de Larisa
Roli, antiguo cómplice de Lorencito
Pepe Martí, millonario con muchos negocios turbios, antiguo cómplice de Roli y Lorencito
Fito y Robertón, factótums de Pepe Martí
Yumisleidys Martí, la hija de Pepe
Aitana, amante española de Yumisleydis
Alain, alias Spiderman, aspirante a chulo y a cantante de reguetón que sufre de aracnofobia
El chileno culiao, business partner de Pepe
La obra transcurre en distintas locaciones de la ciudad de Miami.
Escena 3, Primer Acto
(Aparece el “gordo” Pepe Martí con dos “asistentes”, Fito y Robertón. Están afuera, junto a la piscina de una mansión con vista al mar. Durante la escena se verá que Fito, mano derecha de Pepe, ha traído a Robertón para una especie de “entrevista de trabajo” con el jefe.)
Pepe: Si no tuviera una cena
con todos esos magnates
de business por Nochebuena
tiraba un yiro en el yate.
Qué calor más perro, asere.
Fito: Bueno, jefe, si usted quiere
yo cancelo pal carajo.
Pepe: El trabajo es el trabajo.
No se llega a donde estoy
sin un plus de sacrificio
por eso soy el que soy
siempre dispuesto al servicio
sin patria pero sin amo.
Sácame los Ferragamos
y el traje de Valentino
azul que me va de muerte
con el Rolex de platino
que esta noche me combino
mejor que una caja fuerte.
Robertón: ¿Con una camisa Hermés?
Pepe: Y una corbata de Prada
que lo mío es la italianada
con un retoque francés.
Fito: Jefe, antes que se me olvide,
llamó el Comandante Oliva
que si abre la boca, pide
y necesita en La Habana
doscientas anguilas vivas
y un envío de caviar
de beluga la semana
que viene pa celebrar
yo no sé qué aniversario.
Pepe: Él siempre tan proletario.
Pero quién le va a negar
al Comandante caviar
todos esos caprichitos
aunque parezcan triviales,
si por unos cariñitos
él me abre de par en par
los paraísos fiscales
donde yo puedo lavar
el dinero solidario
que te paga tu salario
y compra “puentes de amor”
y el vestido Christian Dior
que llevó tu hija en el prom…
Avívate, Robertón
y consigue esas anguilas
que hay que mantener tranquilas
a las tropas de La Habana.
Fito: Cuando Robertón se afana
no hay Dios que se le resista:
te busca un sapo alquimista
y una pantera vegana.
Robertón: Jefe, pida lo que quiera
que conmigo no hay escache.
Yo a usted lo saco del bache.
Aquí en Miami cualquiera
sabe que no hay salación
que no se resuelva sola
si aparece Robertón.
Y no a punta de pistola
que eso es cosa de tecatos
es que en este pueblo roto
yo sé dónde duerme el gato
a quién le aprieta el zapato
y quién no salió en la foto.
Pepe: ¿Y ya que estamos hablando
de tus muchas cualidades
relaciones y amistades
cuéntame el cómo y el cuándo
y explícame por qué vía
llegó esa sabiduría
en esta jungla de asfalto
que te ha puesto en lo más alto
trabajando para mí?
Robertón: ¿Yo sabio? Sabio es Martí.
Sabia es la doctora Polo.
Lo que pasa es que yo aquí
tuve que arreglarme solo
porque yo fui marielito
siendo un niño.
Pepe: ¿En el Mariel?
Robertón (reflexivo, casi en un aparte):
Con mi vieja. Dos añitos.
Aquello fue duro y cruel...
Yo fui el niño famoso de la foto
el bebé que elevaron en el aire
y aparecí en montones de periódicos
símbolo sin querer de aquel desmadre.
Mi vieja se escapó del comunismo
pero más todavía del salvajismo
que era la ideología del viejo mío
porque según me dice, la sonaba
incluso cuando estaba embarazada
y casi me sacó medio movío
de todas las patadas que le daba.
Pepe: Qué horror, bróder. Menos mal
que se escapó y tuvo suerte.
Comunismo con golpes es la muerte.
Robertón: Yo no sé si la pobre tuvo suerte al final
porque aquí cayó en perra depresión
y terminó volviéndose crackera
y yo anduve rodando en foster homes
donde me dieron hasta con manguera
y una vez me amarraron con alambre de púa
me dejaron trancado lleno de mierda y flema.
Pero con el alambre me inventé una ganzúa
y me escapé, me fui completo del sistema.
Tenía trece añitos y desde aquel momento
me he buscado la vida de todas las maneras.
Pepe: Coño, papo, tú tienes pa tres libros de cuentos.
Robertón: Si no lo hubiera visto, ni yo me lo creyera.
Osogbo, mal de ojo, maldición, brujería,
no salía de una y la otra me caía.
Fue mala la first season, y peor la secuela.
Al cabo de unos meses me agarran otra vez
y los guardias del Juvie me viran al revés.
Pepe: Te lo digo, que tienes pa dos telenovelas.
Robertón: Esa vez me sequé, me quedé sin aliento
pero ocurrió un milagro: en lo peor del tormento
desembarcó en Miami de repente mi abuela.
Ella me encontró hecho un esperpento
pero hasta me hizo volver a la escuela...
Trabajó limpiando boarding homes y hoteles
hasta que murió de una pulmonía
y volví de nuevo al mambo violento
viviendo una vida que no era la mía
y ahí me volvieron a hacer los papeles
foster homes y golpes pero me escapé
y otra vez la calle, me fui pal carajo.
Cuando me vi solo por fin empecé
a abrirme camino en esta ciudad.
No le tengo miedo a empezar de abajo
y a los dieciocho quedé en libertad.
Fui troquero en Tampa, bombero en Orlando
puse piso y techos en la Sauesera
fui barbero en Brickel, llevé contrabando
desde Cayo Hueso a Boca Ratón.
Tuve un dealer de Audi, vendí guayaberas
monté un cafecito aquí en el Doral
produje conciertos de ska y reguetón
trabajé en casinos y en un tribunal,
me metí en política, llegué a concejal
pero me enredé y estuve guardao
por unos impuestos medio mal pagaos...
Fui manager nocturno de Home Depot
y chulo de unas cuantas bailarinas
abrí un par de clínicas de botox y lipo
tuve una franquicia y vendí joyas chinas.
Tengo un barcito en la playa que se llama Vista al Mar
y anduve dos años limpiando piscinas.
En fin, que hice de todo, todo menos robar.
Pepe: ¿Y matar?
Robertón: …es que cuando uno ha hecho tanto y tanto negocio
siempre de vez en cuando te sale algún mal socio
que quiere darte el tumbe o sacarte en la prensa.
A eso yo lo llamo legítima defensa.
Fito: Jefe, yo puedo dar fe
que Robertón es un duro
que la pone como é
y me sacó de un apuro
muy grande allá en la prisión
cuando cuatro mexicanos
sicarios de profesión
casi me cortan la mano
y me arrancan otra cosa
todavía más dolorosa.
Si Robertón no deshace
a palos el linchamiento
iba a seguir el desguace
y yo no iba a hacer el cuento.
Pepe (A Robertón):
¿Y ese ataque justiciero?
Disculpa que sea tan franco
porque yo a Fito lo quiero
como se quiere a un hermano
pero me quedo en el banco
si son cuatro mexicanos
porque uno no es suicida…
Robertón: También me gusta la vida
pero debo confesar
que tengo un gen kamikaze
y cuando empiezo a pelear
no me importa el desenlace…
Me entra como un arrebato
no sé si es la adrenalina
pero no soy insensato
no fue rabia repentina
ni se me montó Bruce Lee.
Es que aquellos singaítos
cuando acabaran con Fito
me iban a caer a mí.
Y Fito también había
en otro trance funesto
demostrado que tenía
los pantalones bien puestos.
No tuve ni que pensarlo.
Pepe: Pues mil gracias por salvarlo
porque para ser más franco
¿de qué sirve un Fito manco
y cojo de la entrepierna?
Su mujer es muy moderna
pero no veo a esa cristiana
acostumbrarse a la mengua
y vivir a pura lengua
como si fuera vegana…
Fito: Jefe, usted siempre tan gráfico.
Pero le pido que no
se me ponga pornográfico
por algo que no pasó.
Pepe: Jaja, te pica, papito.
Ya sabemos que el gran Fito
tiene su debilidad
y son los ojos bonitos
de su mujer, Soledad.
Fito: Usté sabe que esa jeva
me tiene tan controlado
que cuando engancho una nueva
le digo que soy casado.
Pepe: Hazte el duro, panetela
que te conozco de atrás.
Pero en fin, basta de muela
toca ponerse el disfraz
para salir a cenar
con todos esos mongolos
que esos T-bones con caviar
no se van a comer solos.
Y después la Asociación
de Víctimas del Castrismo
que siempre están en lo mismo
y han montado otra función
una de aquellas vigilias
por no sé qué qué sapingón…
Bienvenido a la familia
mi querido Robertón.
(Pepe abraza a Robertón como si estuvieran en una película de mafiosos.)
Tomado de La capital del sol. Tragicomedia en tres actos. Ed. Bokeh, 2024.
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