Loading...

Carta a José de la Luz y Caballero (21 de diciembre de 1838)

4

Carta a José de la Luz y Caballero (21 de diciembre de 1838)

4

Gran Camagüey, 21 de diciembre de 1838


Mi queridísimo Pepe: Buenas Pascuas, buen Año Nuevo, mucha salud, muchos discípulos, mucho dinero y muchos hijos. He aquí lo que por ahora le deseo a V. ¿Es bastante? ¡Toma! Esto es portarse como mayorazgo.

Supongo que Orozco le escribirá a V.: le sofocaremos, le ahogaremos, le sacaremos, le magullaremos y le pondremos más blandito que la cera de Najasa. ¿Qué es eso? ¿Que no hay que pelear por los amigos por opiniones filosóficas? ¡Vaya una filosofía! Una sola es la verdad; ella ha de triunfar, mal que le pese a los sistemáticos sectarios. Disputen Vds. y ergotéen más que todos los peripatéticos que ha tenido el mundo; pero, sentirse ¿por qué? ¿Por qué ha de afligir V. a Del Monte y ponerle en un estado de conturbación que da lástima? ¿Es posible que V. crea que Del Monte ataca a su persona en sus doctrinas? No, Pepe; no lo crea V. Ya quisiera V. que todos los hombres respeten su persona, digo, sus virtudes y principios como él: es un respeto profundo, nacido del convencimiento, del amor, del corazón. Y si Domingo sostiene la doctrina “h” y V. la doctrina “m”, éste no es un motivo para que V. pueda suponer que hay en el fondo miras ruines, siniestras ni de ninguna clase, que puedan indicar mala voluntad.

Domingo me ha escrito con motivo del artículo “Movimiento intelectual en Puerto Príncipe”. Allí se deja correr y me pinta su aflicción por lo que ha ocurrido con V. sobre el otro artículo inserto en el número tercero del Plantel. Yo no he tenido ocasión de leer el artículo de Mr. Fair-Play porque en estos días los exámenes de los colegios me han ocupado todo mi tiempo; pero hoy voy a buscar quien me preste el Diario en que dicen que está. Deseo ver su artículo porque es regular que allí asomen las narices los principales motivos de su resentimiento. Entre tanto, sólo deseo que V. se preste a admitir las satisfacciones que le ha dado Domingo porque son del corazón y porque La Habana, la ciencia misma y todos sus amigos de V., sus apasionados queredores, ¡digo!, sus amadores por el estilo de Gasparote, que son hombre de pan pan vino vino, se lo piden a V. Ese sentimiento no debe durar ni un minuto: Año Nuevo, año de amor, de reconciliación; y de guerra, sólo a la ignorancia, a la esclavitud y al vicio.

Ahí van unos versos de un habanero enamorado. ¡Pinchín! ¡Qué me gusta hacerle pagar el piso a un habanero! Y más me gustará enredarle de patas o de cabeza con la coyunda sagrada porque, así para mí, me tengo que de los habaneros y de las camagüeyanas ha de salir una raza atravesada, lo mejor del mundo: un habanero inclinado a gastar y una camagüeyana inclinada a guardar producen un término medio inclinado a economizar para gastar cuando llegue el caso: un habanero inclinado a la bambolla y humos aristocráticos y una camagüeyana inclinada a la miserable propensión y humildad democrática producen por término medio el hombre llano, el hombre digno; y cate V. mi cuenta matemática lo más exacta del mundo.

¿Qué es de la guajirita, aquella cimarrona, del Cerro o de allá por el Cerro? ¿Todavía está tan arisca como la pegorrera? Déle V. un beso en aquellos cachetes rosados que tenía y debe tener.

¿Por dónde anda el Babujal de Bayamo? ¿Por qué no se viene a Washington, a estar al pie del coco? Hace tiempo que deseo que se acerque: está muy lejos y, en mi concepto, donde no debe estar. Acá, de la banda de acá, está su negocio.

Agur, Pepe; deme V. el gusto de escribirme que todo ese negocio de Domingo está cortado de raíz, de corazón, y tendrá doble motivo para alegrarme de haberle escrito a V.

Póngame a los pies de su rubita, y en todo y por todo cuente con el afecto de su apasionadísimo

Gasparete


Tomado de Cartas del Lugareño (Gaspar Betancourt Cisneros). Compilación y prólogo de Federico de Córdova. La Habana, Publicaciones del Ministerio de Educación, Dirección de Cultura, 1951, pp.162-163.

7
También en El Camagüey:

El boletín de El Camagüey

Recibe nuestros artículos directamente en tu correo.
Subscribirse
¿No tienes cuenta? Créate una o inicia sesión.