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Versos que recitó la Avellaneda la memorable noche del 27 de enero de 1860

Versos que recitó la Avellaneda la memorable noche del 27 de enero de 1860

   Si en estos que me dais dulces momentos,
   ¡oh, ilustres socios del Liceo habano!,
   no os revela mis vivos sentimientos
   la profunda emoción que oculto en vano,
   romped, romped mi lira, que impotente
   nunca puede alcanzar de la armonía
   tonos que os den su vibración valiente
   la voz que al labio el corazón envía.

   Enalteciendo, cual alumnos fieles,
   de artes y letras a las nobles musas,
   prodigáis generosos los laureles
   que en tan bella región vierten profusas:
   y hoy, que con uno coronáis mi frente,
   dispensando la prez de la victoria
   al culto que les rindo reverente,
   suyo el triunfo será; ¡vuestra la gloria!

   Sólo la gratitud debe ser mía,
   y el alma encierra sus afectos santos...
   mas, ¡oh!, dejad que os muestre su energía
   con lágrimas de amor y no cantos.


Tomado de la revista 
Gráfico. La Habana, marzo de 1914.
El Camagüey agradece a Jaime López la posibilidad de publicar este texto.

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