Discurso pronunciado en el Teatro de la Victoria, Valparaíso, Chile (10 de octubre de 1874)
¿Qué significa, señores, la revolución cubana? Significa el derecho que tienen los pueblos a vivir para sí y a gobernarse por sí mismos, significa que una raza humana, aunque tenga el rostro teñido de tinieblas, tiene el espíritu bañado por la luz inm...
Sobre el autor
Antonio Zambrana (La Habana, 1846 - 1922) fue jurista y político. Cursó estudios en el colegio El Salvador, que dirigía José de la Luz y Caballero, y en 1867 obtuvo el título de licenciado en Derecho Civil. En 1868 se unió al movimiento de insurrección contra las autoridades españolas, y al año siguiente fue miembro de la Asamblea de Representantes del Centro, organismo representativo de los revolucionarios de Camagüey. El 10 de abril de 1869 participó en la Asamblea de Guáimaro, donde se aprobó la primera constitución revolucionaria cubana, de la que fue ponente junto a Ignacio Agramonte, ambos secretarios del cónclave. En 1873 partió a los Estados Unidos, para tratar de obtener apoyo para la causa independentista, y posteriormente visitó varios países latinoamericanos y europeos con el mismo propósito. Radicado en Costa Rica, adquirió allí gran renombre como jurista y profesor, y en 1883 fue nombrado como Ministro Plenipotenciario de ese país en Nicaragua. Participó activamente en el Plan Gómez-Maceo, pero se retiró del mismo en 1884. En 1885 radicó por unos meses en México. En 1886 regresó a Cuba y fundó el periódico El Cubano. Fue miembro de la Junta Central Autonomista y parte de su ala más radical, así como impulsor de su acto más valiente: el retraimiento en las elecciones locales de 1892. Fue amigo de las grandes figuras de la independencia cubana, sobre todo de Ignacio Agramonte, cuya muerte en combate en 1873 influyó de manera decisiva en la evolución política de Zambrana. También fue amigo de José Martí y Antonio Maceo, aunque en diversos momentos tuvo con ambos agrias polémicas que fueron superadas por el bien de Cuba. En 1891 regresó a Costa Rica, donde se dedicó nuevamente al ejercicio del Derecho y a la docencia. Se distinguió por ser el verdadero iniciador de los estudios de Historia del Derecho y de Derecho Romano en Costa Rica. Fue autor de los libros Ideas de Estética, Literatura y Elocuencia (1896), La administración: un estudio (1897) y Estudios Jurídicos (1907). El doctor Zambrana también publicó por entregas, en la revista El Foro, las obras Introducción histórica al estudio del Derecho Romano (1910) y Lecciones sintéticas de Derecho Romano (1910). Estos textos se reeditaron en Costa Rica en una sola obra titulada Derecho Romano en 2012, año también en que se reeditaron sus lecciones histório-jurídicas con el título de Conferencias sobre Historia del Derecho. En 1911, decidió renunciar al cargo de magistrado y abandonar Costa Rica. Regresó a su país natal, y durante un breve tiempo desempeñó el cargo de Ministro Plenipotenciario de Cuba en Colombia y Ecuador. En sus últimos años se mantuvo apartado de toda actividad política.