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Yo no sé si ya será hora... (Pisto Manchego, 23 de diciembre de 1924)

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Yo no sé si ya será hora... (Pisto Manchego, 23 de diciembre de 1924)

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Yo no sé si ya será hora de ir felicitando por motivo de las Pascuas. Creo que sí, y a ello me inclina mi excelente amigo el Sr. Leoncio Barrios, el gran sastre camagüeyano, de quien he recibido una tarjeta tan elegante como los trajes que corta y la cual agradezco profundamente.

Una duda me asalta, a pesar de todo, y es la que se refiere al medio que debo emplear para felicitar a mis amigos. Luego me dan deseos de hacer una lista de todos ellos encabezada con un “felices Pascuas y próspero Año Nuevo” general, consignando además mis votos por que durante estos tradicionales días y durante todo el próximo año también tengan todo lo que necesiten, desde una lámpara de las que vende Mendía, en Maceo 12, hasta una colchoneta comprada en La Gran Señora, el establecimiento mejor surtido de Camagüey y la casa de las telas anchas y los precios estrechos, como todos saben.

Sin embargo, me parece que este medio es demasiado vago y me expongo con él a que mis amigos me acusen de descortés, con la misma razón quizá con que acusaría de bestia yo a quien pudiendo hacerlo no tratara de dormir en las camas que vende el Sr. Casildo López en su popular ferretería.

Pero, por otra parte, enviándole una tarjeta a cada uno, me veo en el preciso caso de gastarme una barbaridad en sellos, cosa que me hace tan poca gracia como que desde ahora me dijeran que no tendré oportunidad cuando muera de ser enterrado en un sarcófago de la Nueva Funeraria, que es la de mi predilección en toda la Isla.

En resumidas cuentas: que no sé qué hacer. Probablemente no felicite a nadie o felicitaré a todo el mundo. Lo que sea, sonará.

Interino
Martes 23


Publicado el 23 de diciembre de 1924. Tomado de Nicolás Guillén: Pisto manchego. Compilación y prólogo de Manuel Villabella. La Habana, Ed. Letras Cubanas, 2013, t.II, pp.357-358. (Ésta, como otras tantas, apareció en el periódico sin título propio, eso explica las cursivas en el título con que la publicamos y con que aparece en el citado volumen compilado por Manuel Villabella).
Nota de El Camagüey: Entre 1924 y 1925 Nicolás Guillén asumió la redacción de la sección Pisto Manchego, en el periódico El Camagüeyano, una sección que combinaba la crónica periodística y la publicidad comercial. Debía anunciar los servicios de una funeraria, de un sastre y de El Baturro, las gaseosas Pijuán y el Colmado La Palma, la Casa Mendía, los muebles de Casildo López, los cigarros de Calixto López... La sección era diaria y muy ocurrente. Había sido creada por un periodista español, de apellido Santovenia, y su nombre, el de un plato español, es una metáfora precisamente de la mezcla consustancial a su espíritu, a medio camino entre el periodismo y la publicidad.

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