La caballería bebe del ojo ciego del tinajón.
Queda atrás la mano de Amalia enredada en el aire.
Cuero crudo, espuelas, jícaras,
Golpean suaves los costales del herbazal.
Queda atrás la mano de Amalia enredada.
Un filo abre de un tajo la tarde:
Es lluvia de oro recogida en la pupila al instante.
Queda atrás la mano de Amalia.
Un sonar de metales se levanta en la sabana.
Sabor de polvo y pólvora se mezcla con el aire.
Queda atrás la mano.
Queda atrás.
Queda atrás la mano de Amalia envuelta en la niebla;
y una jicotea —ante la arcilla y la hierba de guinea—
hala las telas del Mayor,
hacia el hondo pozo donde nada.
Publicado en la revista Revolución y cultura, (47): 78, La Habana. Tomado de Visión poética de Ignacio Agramonte. Compilación de Martha Hurtado Cardoso. Camagüey, Editorial Ácana, 2009, pp.73-74.