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     Ahora bien
     ésta no es sólo mi culpa
     (éste es el gran pecado)
     ésta es la culpa de todos
     culpables somos
     y yo tomo mi parte culpable
     y os dejo.
     Ahora bien
     entendedme de una vez
     guardad vuestras palabras
     deben de ser como afiladas puntas
     que atraviesan el corazón del Minotauro...

 Incluido en Libro de Rolando (1958-1960). Tomado de Obra poética. La Habana, Ediciones Unión, 2004, p.39.

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