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Caso La Habana de Fito (5)

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Caso La Habana de Fito (5)

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El documental La Habana de Fito, de Juan (Pin) Vilar, fue exhibido el 10 de junio de 2023 sin el consentimiento del realizador ni del productor en el programa de televisión Espectador crítico, que conduce Magda Resik. A continuación, en orden cronológico, incluimos parte de lo publicado al respecto por los implicados y por cineastas e intelectuales cubanos.

Una muestra de los participantes en la reunión en el cine 23 y 12, el 3 de julio. 
Cortesía de la Asamblea de Cineastas Cubanos

La Asamblea de Cineastas Cubanos publicó en la noche el 28 de junio la declaración siguiente:

La Asamblea de Cineastas Cubanos convoca para el 3 de julio de 2023 en el cine 23 y 12 a las 9.00 AM (hora de Cuba), a todo el gremio del cine y del audiovisual cubano dentro y fuera de la isla.

Entre los temas a debatir se encuentran:

  • - La política cultural cubana. 
  • - Las acciones que llevaremos a cabo a raíz de la respuesta del Ministerio de Cultura en la reunión del pasado 23 de junio convocada por el Mincult, el Icaic y con representantes de otras organizaciones, en relación a la declaración que hizo esta asamblea el pasado 15 de junio. 
  • - La Ley de Cine. 
  • - El cine cubano actual fuera del Icaic. 
  • - La desaparición de la Muestra Joven, evento indispensable para las nuevas generaciones de cineastas, y para los que hemos sido parte de ella en sus dos décadas de historia. 
  • - Las películas cubanas que no nos han permitido ver. La justicia hacia ellas y la urgencia de ser proyectadas en nuestro país.
  • - El patrimonio fílmico del cine independiente cubano, su conservación y recopilación. 
  • - La creación de una Asociación de Cineastas Cubanos fuera y dentro de la isla que vele y defienda los intereses de todo nuestro cine, y por ende, de nuestra cultura.

Actualmente nos encontramos trabajando en la estructura del encuentro, que será enriquecido por los debate de los presentes y sus propuestas.

Dentro de las mismas queremos destacar:

  • - La relatoría de los sucesos que provocaron el encuentro del 15 de junio y días posteriores hasta el próximo 3 de julio. 
  • - El diseño de acciones referentes a los temas que consideramos medulares y que hemos mencionado en este post. 
  • - La propuesta y definición del equipo o junta de la asamblea, que representará a la misma de cara a las acciones futuras.

La asamblea contará paralelamente con un soporte online para garantizar que todos los cineastas que no puedan acudir de manera presencial, tengan la oportunidad de estar y compartir sus opiniones.

Se les ruega a todos los colegas que deseen participar en esa modalidad, que soliciten su presencia a través del correo [email protected]

Una vez más, a todos, gracias por el apoyo.

#NuestroCineSeráLibreONoSerá

Deymi Dʼ Atry, Yamila Marrero, Manuel Alejandro Rodríguez y Armando Capó.
Cortesía de la Asamblea de Cineastas Cubanos


El 2 de julio, en horas de la noche, la Asamblea de Cineastas Cubanos publicó en Facebook:

Querid@s cineastas:

Queremos recordarles que la Asamblea tendrá lugar mañana lunes 3 de julio de 2023 a las 9.00 am en el Cine 23 y 12.

El acceso a la Asamblea es solamente para CINEASTAS dentro y fuera de la isla.

ESTA ASAMBLEA TENDRÁ UNA DURACIÓN MÁXIMA DE 4 HORAS.

El link de Google Meet será compartido por correo electrónico a las personas que han ido confirmando su participación previamente tal cuál se explicó en la convocatoria al encuentro de mañana:

Fecha límite para solicitar la participación on line: Domingo 2 de julio del 2023.

Aprovechamos también para actualizar el listado con las firmas en apoyo a nuestra declaración del día 15 de junio.

De igual manera mañana decidiremos si continuamos o cerramos con la recogida de firmas.

(Aparece a continuación la relación de los 653 firmantes de la declaración emitida el 15 de junio.)


Asamblea de Cineastas Cubanos, 3 de julio, aproximadamente a las 9.00 am en Facebook:

Querid@s colegas:

Han pasado algunos minutos pasada la hora pactada y aquí nos encontramos desde temprano listos para comenzar, pero lamentablemente no había electricidad en la zona. Recién ha llegado.

Para quienes están esperando acceder online les pedimos paciencia.

En un rato comenzaremos.


Asamblea de Cineastas Cubanos, 4 de julio, 10.00 pm, en Facebook:

Pasadas las 9:30 am de ayer, 3 de julio de 2023, nos reunimos en Asamblea de Cineastas un grupo de creadores en el Cine 23 y 12 de la capital, al que se sumaron vía online una treintena de profesionales del gremio de otras provincias o que se encuentran fuera del país, para analizar algunos de los temas expresados en los encuentros previos y plantear una estructura organizativa que guíe nuestras próximas acciones y funcionamiento.

El encuentro fue puramente gremial, por lo que no hubo participación de representantes de ninguna institución gubernamental ni de la prensa, aunque una vez terminada la cita, medios de prensa se acercaron a algun@s de l@s cineastas aún presentes, para conocer sus impresiones de la jornada.

Se dio inicio con una relatoría de lo sucedido desde la reunión del día 15 de junio hasta la fecha. La reunión fue grabada íntegramente y como se previó, tuvo participación online de profesionales del gremio que habían solicitado su asistencia previamente, tal como se había solicitado en un comunicado anterior. A pesar del retraso causado por la ausencia inicial de fluido eléctrico y un poco de inestabilidad en la conexión de internet, la cita transcurrió sin tropiezos hasta el final.

Ratificamos nuestro total desacuerdo con la respuesta ofrecida durante la reunión convocada por el Ministerio de Cultura, el Icaic y el PCC el pasado 23 de junio, con respecto al acto de exclusión y censura, y la trasmisión en televisión nacional sin autorización previa, de una copia no definitiva del documental “La Habana de Fito” dirigido por Juan Pin Vilar y producido por Ricardo Figueredo, y denunciamos ese y todos los hechos similares que, basados en cualquier legislación, puedan suceder.

Del mismo modo, exigimos a las instituciones responsables y encargadas de velar por los derechos de los creadores, el cumplimiento de su verdadera función social, sin ir en detrimento de los artistas que deben representar, y solicitamos una respuesta resarcitoria por parte de los responsables de los hechos ocurridos, con estos cineastas, y con la comunidad artística cubana, a quien, por derecho, casos como este, le competen.

Es necesario que, el Icaic, el Mincult y el Instituto de Información y Comunicación Social (IICC), aclaren el criterio de excepcionalidad al que hicieron referencia para que los acontecimientos con La Habana de Fito tuvieran lugar y que sean de conocimiento público.

Este 3 de julio, durante casi cuatro horas de trabajo se habló sobre:

  • -la política cultural y censura en el cine cubano; 
  • -la importancia de que finalmente tengamos una Ley de Cine en cuya elaboración se debe tener en cuenta a profesionales del gremio como el grupo G-20 con un trabajo bastante avanzado en ese sentido; -la operatividad o alcance real actual del Decreto Ley 373; 
  • -una propuesta de posibles acciones para visibilizar y hacerle justicia a aquellas películas cubanas o creadores que a lo largo de la historia de nuestra cinematografía se nos ha privado de ver; 
  • -la urgencia de salvaguardar y enlistar el patrimonio fílmico cubano, sobre todo el cine independiente que por su propia naturaleza ha tenido menos o nulo acceso a archivos de conservación; 
  • -la existencia y necesidad de autonomía creativa del Fondo de Fomento; 
  • -la trascendencia e importancia del rescate de la Muestra Joven y de potenciar espacios para promover el cine nacional; 
  • -la necesidad de contar con una asociación que aglutine a cineastas de dentro y fuera de la isla; 
  • -así como algunas de las problemáticas a la que se enfrenta actualmente la producción audiovisual en Cuba.

Luego el debate giró en torno a cuáles deberían ser las comisiones o grupos de trabajo y se decidió que fueran cuatro:

  • -Política Cultural,
  • -Censura y Exclusión,
  • -Leyes y Decretos,
  • -Producción.

Para cada una de dichas comisiones se propusieron integrantes que, próximamente, serán elegidos mediante votación. Su funcionamiento lo estaremos compartiendo los próximos días.

De igual manera, se propusieron nombres para integrar el grupo coordinador o de representantes de la Asamblea, quienes, al igual que los integrantes de las comisiones, podrán ser elegidos mediante votación.

L@s presentes valoraron como necesario que l@s cineastas propuest@s para las comisiones y la Asamblea, debían lograr la mayor representatividad y diversidad posible; en cuanto a género, edad y cineastas residentes tanto en Cuba como el extranjero.


Julio Llópiz-Casal en Facebook (3 de julio)

No soy cineasta ni he trabajado para el cine; pero soy un artista que tiene suficiente interés y afecto por la cultura cubana como para opinar con precisión y honestidad.

Lo que ha pasado con La Habana de Fito es la seña más reciente en una cronología que comienza con PM y que está llena de otros casos que destilan sangre, sudor, lágrimas, frustración, impotencia, desencanto y exilio, desde entonces y hasta el día de hoy.

Las reuniones de la última jornada, y la de hoy, son el resultado de que la Revolución puede parecer un proyecto colectivo, pero la Revolución realmente no ha sido ni es otra cosa que los caprichos, la soberbia y el resentimiento de unas pocas personas que hoy son fundamentalmente ancianos o están muertos. La Revolución es y ha sido violencia, intransigencia e irrespeto... sobre todo a la cultura cubana.

Seguirá habiendo censura, represión y abuso mientras el Partido Comunista de Cuba no respete a los creadores. En Cuba hace más de 60 años solamente hay libertad para decir que la Revolución es perfecta y eso es falso, de principio a fin y desde el 1ro de enero de 1959. Seguirá habiendo censura, represión y abuso mientras los revolucionarios no acepten que la Revolución Cubana no fue ni es lo que ellos piensan y sienten. Seguirá habiendo censura, represión y abuso mientras no haya derecho, sobre todo, a no ser revolucionario. Mientras no haya derecho a crear sin temor a ser censurado, proscrito, humillado, desterrado o asesinado (real o civilmente) por la fuerza de una Revolución.

Luis Alberto García.
Cortesía de la Asamblea de Cineastas Cubanos


Observatorio sobre el extremismo político,
La Joven Cuba (5 de julio)

MÁS ALLÁ DEL CINE, LA VIEJA POLÉMICA SOBRE CENSURA
Y LIBERTAD DE CREACIÓN

Desde hace unas semanas el futuro del cine cubano es objeto de un debate en el gremio que agrupa a realizadores y artistas vinculados al séptimo arte en la Isla. Dos hechos desencadenaron una serie de conversaciones entre la institucionalidad política de la cultura y los cineastas.

Primero, la censura o suspensión del estreno de las obras La Habana de Fito, de Juan “Pin” Vilar; Existen, de Fernando Fraguela y El Encargado, de Ricardo Figueredo, programadas para el 29 de abril en la sede de la agrupación teatral El Ciervo Encantado.

Luego, se exhibió una copia inconclusa de La Habana de Fito en el programa Espectador Crítico del Canal Educativo el sábado 10 de junio, sin la autorización de su director y productor. Dicho espacio fue presentado por dos vicepresidentes de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y un periodista especializado en temas culturales para intencionar una determinada lectura sobre la obra.

Este texto repasa los orígenes y el desarrollo de la polémica sobre la libertad de creación y la institucionalización de la producción artística, y su expresión en los últimos sucesos.


       El problema de la libertad de creación

Fue precisamente un hecho vinculado al cine el que desató la primera gran polémica cultural entre los creadores y el naciente Estado post 1959. Se trata de la reunión que sostuvo Fidel Castro con intelectuales en junio de 1961, en la Biblioteca Nacional, luego de que el cortometraje cinematográfico Pasado Meridiano (PM), de Orlando Jiménez Leal y Sabá Cabrera Infante, fuera censurado por el Icaic, provocando temor en buena parte del sector por los límites de la libertad de expresión.

El hecho ha sido reducido tanto por detractores del Estado cubano como por los defensores de la censura, a una sola frase pronunciada en el discurso conclusivo conocido como Palabras a los Intelectuales “dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, ningún derecho”.

Lo primero que debe analizarse es que las ideas expresadas contienen un cuerpo ético y estético para la supervivencia de la nación en aquel momento histórico, permeadas, además, por una visión utópica de un Estado socialista, que incluso desparecería al alcanzar la sociedad comunista[1]. Asimismo, reconoce la posibilidad de que artistas “no revolucionarios” pudieran tener espacios de expresión “dentro de la Revolución”[2].

Dicho pronunciamiento marcaría las décadas siguientes en función de la nueva sociedad. Entre ellas figuran: la Revolución como un acontecimiento cultural, cuyos cambios favorecerían el desarrollo artístico en representación de la cubanía; el problema de la libertad de contenido, y la urgencia de producir artísticamente para el pueblo.

    ¿Y qué pasó con el cine?

De acuerdo con el investigador Salvador Salazar[3], “es a lo largo de la década del sesenta, en un proceso caracterizado por fuertes tensiones, tanto al interior como fuera del Instituto, que se va configurando la política cultural del Icaic. Al terminar la década fundacional, el país se abocaba a un creciente proceso de sovietización, al cual lograron resistir, en cierto modo, los realizadores del Instituto, que en años anteriores habían presentado batalla al realismo socialista”.

En este sentido, pueden recordarse los debates entre Blas Roca y Alfredo Guevara, y entre Mirta Aguirre y un grupo de cineastas, donde sobresalieron Tomás Gutiérrez Alea, Julio García Espinosa y Jorge Fraga, defensores de la cultura libre de carácter clasista, pues para ellos la unidad cultural radicaba en la relación entre las formas proletaria y burguesa. Asimismo, llamaban la atención sobre los peligros de aceptar como estéticos ciertos contenidos que en realidad no lo eran, solo porque se ajustaban a lo dictaminado por la dirección del país.

A pesar de la imposición de concepciones derivadas del realismo socialista, principalmente durante el llamado Quinquenio Gris (1971-1976), bajo el seno del Icaic se produjeron filmes cuestionadores de los dogmas del poder o que abordaban problemáticas relativas a la realidad social, como Memorias del subdesarrollo (1968) o posteriormente Fresa y chocolate (1993), Suite Habana (2003), entre otras. Sin embargo, este proceso no estuvo exento de polémicas y censuras.


     La vieja polémica de la censura

El referido filme documental PM abrió los debates en torno a la política cultural de la Isla en un contexto en que el gobierno, instaurado desde hacía relativamente poco tiempo, debía definir una ruta en el campo de la cultura que contribuyera a respaldar la construcción de los valores y rasgos identitarios de un nuevo sistema político.

En lo adelante, otras propuestas cinematográficas que no fueran consideradas defensoras de la ética y el compromiso con la construcción de un proyecto de nación autónomo, serían silenciadas del espectro cultural o exhibidas luego de fuertes disputas. A continuación, algunos ejemplos notorios:

El largometraje Desarraigo (1964), de Fausto Canel, narra desde la ficción los empeños por mantener la historia de amor de una arquitecta argentina y un ingeniero cubano en la sociedad cubana. Aunque el filme llegó a estrenarse, fue retirado de cartelera semanas después por considerarlo un ataque directo a la burocracia.

A inicios de los 90, trascendió el estreno del filme Alicia en el Pueblo Maravillas de Daniel Díaz Torres, que constituía una crítica a la burocracia nacional y había sido filmada a fines de la década anterior. En la proyección autoridades del Partido Comunista de Cuba movilizaron a militantes para que llenaran el cine, con el objetivo de impedir que el público “no militante” visualizara el filme y evitar así que respondieran a los parlamentos considerados contestatarios.

En los 2000, el documental Fuera de Liga, realizado en 2003 por Ian Padrón y estrenado en 2008, estuvo censurado por incluir entrevistas a peloteros de la Isla residentes en Estados Unidos, que habían abandonado la delegación cubana en distintos certámenes y jugaban en las Grandes Ligas.

Durante los últimos cinco años se han hecho visibles otros actos de censura que han provocado el quiebre de consensos entre los cineastas y las autoridades culturales, e incluso la desaparición de proyectos institucionales:

En 2017 el filme Santa y Andrés, de Carlos Lechuga, fue censurado por el Icaic por narrar la historia de un escritor homosexual que reside en el oriente de la Isla y está bajo vigilancia por la Seguridad del Estado, por expresar ideas contrarias al gobierno.

En 2018 fueron notorias las desavenencias entre el comité organizador de la Muestra Joven Icaic y las autoridades culturales por la proyección en working progress de la cinta Quiero hacer una película, del realizador Yimit Ramírez, por parlamentos en boca de un personaje, que presuntamente denigraban al héroe nacional José Martí.

En 2020 se agudizan aún más las contradicciones entre la Muestra Joven Icaic y las autoridades culturales, lo cual provocó la disolución definitiva —hasta el momento— del evento. El detonante fue la censura del documental Sueños al pairo sobre la vida del trovador Mike Porcel, el cual utilizó fragmentos del discurso pronunciado por Fidel Castro a inicios de los ochenta, con una carga despectiva hacia quienes emigraban por el Mariel. Los funcionarios del Icaic y del Ministerio de Cultura justificaron la acción con el supuesto uso indebido de imágenes que eran propiedad de la institución; por el contrario, la junta directiva de la Muestra alegó el derecho de que el patrimonio audiovisual de la nación estuviera a disposición de los creadores.

El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano desató polémica por la retirada de concurso del filme Vicenta B del realizador Carlos Lechuga. Según lo declarado por el cineasta, la censura no era directamente hacia la cinta, sino hacia su persona, en represalia por sus opiniones contrarias al gobierno cubano.

      Los últimos sucesos: el bueno, el malo y el feo

La inicial narrada polémica sobre la, primero cancelación, y luego exhibición desautorizada y comentada de la obra La Habana de Fito provocó varias muestras de indignación en las redes sociales por parte de otros integrantes del gremio cinematográfico.

El documental muestra por medio de entrevistas, testimonios e imágenes de archivo, la relación que existe entre Fito Páez y la capital cubana. El cantautor argentino narra anécdotas personales que se entrelazan con los testimonios de artistas cubanos y argentinos cercanos a él. A la vez, expone opiniones muy personales sobre momentos polémicos de la historia cubana, desde su perspectiva como artista y extranjero.

Cabe destacar que la obra fue apoyada con el Fondo de Fomento, un presupuesto que otorga el Icaic para impulsar la producción nacional. Algo similar sucedió con la mencionada Vicenta B de Carlos Lechuga, Esto demuestra un uso irracional de presupuesto público, al contribuir al financiamiento de una obra para luego censurarla, perjudicar su recorrido internacional o impedir su presentación en festivales.

La principal disputa giró en torno a la acción de exhibir la obra en televisión pública, sin la autorización de su autor y con un grupo de invitados al programa Espectador Crítico que contradecían las tesis expuestas por el audiovisual.

Los funcionarios representantes del Mincult afirmaron que en boca del entrevistado se decían falacias que debían ser exhibidas con una mirada crítica. Por su parte, los creadores se centraron en el perjuicio que causa a una obra cinematográfica su exhibición temprana en la televisión pública, lo cual constituye una limitante para su inscripción en festivales. Asimismo, se acusó al Estado de violar las leyes cubanas e internacionales de propiedad intelectual, y a la Uneac de no proteger los derechos de los artistas

El instrumento jurídico cubano presenta artículos contradictorios y que no arrojan claridad sobre la legalidad del asunto. Si bien permite “sin autorización y con remuneración […] la comunicación pública de obras divulgadas por organismos de radiodifusión u otros medios fundamentales de comunicación social” (art. 85), también les otorga a los creadores la facultad para “decidir si la obra ha de ser divulgada, en qué forma y momento” (art. 16), y el derecho a “oponerse a cualquier deformación, mutilación u otra modificación, o a cualquier atentado contra su obra que cause perjuicio a su honor o a su reputación”.

Como consecuencia de todo lo sucedido, el 15 de junio quedó instituida una Asamblea de Cineastas Cubanos tras una reunión en el cine 23 y 12 de La Habana, que contó con la participación y las intervenciones de profesionales del séptimo arte residentes o no en la Isla. Conviene enfatizar la diversidad de posturas políticas entre los presentes, algunas más afines al Estado cubano y otras más cercanas a la oposición.

Como resultado del encuentro quedó redactado un manifiesto que expresa inconformidad con los procederes seguidos por las instituciones estatales, que ha sido secundado ya por más de 600 personas, la mayoría vinculadas a las artes y humanidades. Entre los firmantes se encuentran figuras emblemáticas de la cultura cubana, también con una importante e inusual diversidad en cuanto a ideologías y afinidades políticas. Sobresale particularmente el apoyo de prestigiosos artistas, incluso algunos identificados con el sistema político cubano.

A esa reunión le sobrevino otra que duró más de ocho horas y contó con la presencia de autoridades del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficas (Icaic), la Uneac, el Partido y la viceprimera ministra Inés María Chapman.

Según la mayoría de las relatorías del acontecimiento, la actitud desafiante y nada autocrítica del funcionariado del Mincult, contrastó con el tono dialogante y conciliador de la Chapman, que logró incluso a esbozar acuerdos de futuros proyectos.

La prohibición de filmar o grabar el encuentro del día 23 tuvo como resultado que solo se tengan relatos o pequeños audios y videos tomados de forma clandestina en la actividad. Empero, de por sí, es histórico y sin precedentes cercanos el debate de un grupo diverso de creadores, algunos sin ningún vínculo institucional y con una postura frontalmente crítica al gobierno, con una alta figura de la política estatal.

Para el pasado 3 de julio se programó un tercer encuentro sólo entre creadores, en el que quedaron redactadas las demandas de la asamblea, que ya trascienden el hecho del documental de Pin Vilar, para centrarse en problemas estructurales de la producción y exhibición cinematográfica en el país, entre los que se mencionan: la censura, la necesidad de una ley clara que regule los contenidos sin mayor margen para arbitrariedades por parte del funcionariado, la desaparición de la Muestra Joven Icaic, y la inclusión de los cineastas emigrados en las asociaciones cubanas.

Lo expresado en el comunicado, más lo dicho por otros realizadores, deja en evidencia que la censura al documental La Habana de Fito solo fue el detonante que provocó la salida a la luz de múltiples inconformidades acumuladas con la gestión, por parte de las instituciones políticas, de los procesos culturales.

Los criterios sobre lo ocurrido son diversos y contradictorios hacia lo interno del propio gremio. Mientras algunos participantes como la realizadora Magda González Grau expresaron su optimismo en los frutos del diálogo con las autoridades, otros como la productora Claudia Calviño afirmaron que este no sería productivo mientras fuera condicionado por las imposiciones de las organizaciones estatales.


      El papel de las políticas culturales

Las políticas culturales constituyen un constructo de acciones encaminadas a orientar el desarrollo de la cultura de determinada región o país. Su aparición como concepto es de fecha reciente, pues los primeros registros datan de la década de los 70 del siglo pasado, fundamentadas en las declaraciones de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El documento de la organización multilateral propone el apoyo a sistemas sostenibles de gobernanza en este campo; el alcance del equilibrio de bienes y servicios artísticos que garantice la movilidad de los profesionales de la cultura; así como su vínculo con el desarrollo sostenible y la promoción de los derechos humanos. Asimismo, confiere a los Estados soberanos la capacidad de incidir sobre la agenda cultural de sus territorios.

Cuba es uno de los pocos países del continente que cuenta con un Ministerio dedicado únicamente a la cultura. Asimismo, es innegable la apuesta histórica del Estado cubano por fomentar la creación artístico-literaria y su acceso masivo a la población.

No obstante, la gestión autoritaria y dogmática de los procesos culturales ha sido un lastre que ha cargado la institucionalidad cultural en la Isla. La ausencia de instrumentos efectivos, consensuados y con carácter inclusivo, que hagan efectiva la rendición de cuentas ciudadanas sobre qué se permite y qué se censura, ha dado lugar a que en no pocas ocasiones el funcionariado tome decisiones que afectan la libertad de creación, sobre la base de dogmas y prejuicios, o incluso criterios o desavenencias personales. En algunos casos, la rectificación ha sido inmediata, en otros ha tardado años, mas en no pocas ocasiones aún se persiste en el error.

Los sucesos acontecidos en los últimos años, sumado al uso masivo de redes sociales, han hecho visibles quiebres y fracturas históricas que han tenido su mayor expresión en sucesos como los del 27 de noviembre de 2020. Si bien el actual proceso de debate ha tenido una mayor implicación de las altas esferas del país y una mejor gestión de los disensos, aún siguen irresueltos los problemas estructurales que los han provocado, y si se mantienen, propiciarán otras rupturas similares en el futuro.

Hermes Entenza, en Facebook (5 de julio)

He seguido atentamente los debates de la Asamblea de Cineastas Cubanos. Todo lo dicho en esos encuentros, desde el pensamiento de los creadores cinematográficos, es saludable a la cultura total del país en todas las disciplinas posibles.

Si para bien, los artistas del séptimo arte propiciaron el debate público en defensa de sus derechos éticos y estéticos, es necesario adjuntar los similares problemas dentro de todas las herramientas de la creación artística.

El arte es uno, y las formas de encauzarlo, como la música, artes plásticas, diseño, arquitectura, teatro, literatura, y el cine, donde felizmente confluyen todas, son diferentes medios para que el talento personal se desarrolle, pero es lo mismo: Arte.

Acabo de ver la intervención de Gustavo Arcos Fernández-Britto, palabras que suscribo totalmente; allí confluyen todos los azoramientos, vicisitudes, frustraciones y necesidades de cada sujeto artista.

Que una manifestación cultural como el cine se abra camino valientemente y diga las verdades, se debe asumir como la realidad que golpea la labor de creadores en las diferentes modalidades artísticas y su promoción; además, si vemos la cultura como el corpus total que identifica a una nación, todo debate cultural refleja la vida misma del país.

“No preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti”.
John Donne.

Gustavo Arcos en la reunión del 3 de julio en el cine 23 y 12. 
Cortesía de la Asamblea de Cineastas Cubanos


Asamblea de Cineastas Cubanos, 6 de julio:

La Asamblea de Cineastas Cubanos ha creado un canal de YouTube con el propósito de compartir nuestros encuentros con aquellos colegas que no pudieron estar presentes en cualquiera de las modalidades.

Este video corresponde al encuentro ocurrido el pasado lunes 3 de julio del 2023 en el Cine 23 y 12 de la capital habanera.

De manera consensuada se decidió la conformación de cuatro grupos de trabajo con una propuesta de integrantes, así como una propuesta para el grupo de representantes de la Asamblea.

Estas propuestas próximamente, se llevarán a votación a través del grupo de WhatsApp de la Asamblea o enviando las respuestas vía correo electrónico.

Los presentes valoraron la importancia de que l@s cineastas propuest@s para las comisiones y para fungir como representantes de la Asamblea de Cineastas debían ser escogid@s sobre la base de una representatividad que respete la mayor diversidad posible; teniendo en cuenta un equilibrio generacional y de género y en el que haya presencia de residentes fuera de La Habana y del país.

#NuestroCineSeráLibreONoSerá

Otra perspectiva de la reunión efectuada el 3 de julio en el cine 23 y 12.
Frank Ernesto Fernández


Es continuación de Caso La Habana de Fito (4).

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