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La tumba de Martí

La tumba de Martí

A Dulce María Borrero de Luján

    Hay un sepulcro con un nimbo de oro
    y allí enjugando su divino lloro
           un arcángel en pie,
    baña la santa losa ardiente y bella
    de una radiante y solitaria estrella
          la móvil brillantez.

    ¿De quién guarda esta tumba la memoria?
    Aquí, bajo el sudario de la gloria
          duerme un Rey inmortal,
    rey de los pensamientos insondables
    que tornó en certidumbres inefables
         su grandioso ideal.

    El genio errante, pálido y sin calma,
    que sintió en las tinieblas de su alma
         estremecerse un sol,
    y sintió por sus sueños abrasada
    nacer alas gigantes y estrelladas
         en sus hombros de Dios.

    ¡Héroe sublime que la muerte hiela!
    ¡duerme! que un pueblo de rodillas vela
         esta tumba, este altar,
    pues de un iris espléndido ceñida,
    de la rosa de fuego de tu herida,
        surgió la Libertad.


Tomado de Antología poética. Selección y prólogo de Sergio Chaple. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1977, p.75.

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