Esta vieja fue amiga de nuestros padres. Ella
les llevó muchas veces sus cartas y recados.
Y contenta reía al verlos arreglados
porque “para los novios tuvo muy buena estrella”.
Fue, del grupo de ellos, siempre la menos bella,
sin que tuviera nunca novios ni enamorados,
hoy sus contemporáneos están todos casados:
quedó sola, soltera, de la reunión aquella.
Es en nuestros hogares la amiga de confianza;
sufre nuestros caprichos y nuestra malacrianza,
y a nuestros padres ella trata siempre de tú.
Y a veces, mientras ellos se sonríen, callando
nos cuenta alguna historia de aquellos tiempos, cuando
“la enamoraba un rico como un Perú...”
Tomado de “La página de la Asociación Femenina de Camagüey”, periódico El Camagüeyano. Diario independiente. Año XXII, Número 199, domingo, 19 de julio de 1925, p.9.