A este ardor que me punza a que despierte
con insaciable anhelo correspondo,
del saber rebuscando en lo más hondo
el enigma del mundo y de mi suerte.
¡Fuerza! ¡Materia! ¡Vida que os concierte!
¡Móvil arena en que mi fosa ahondo!
¡Copa amarga en el borde, y que en el fondo
guarda las turbias heces de la muerte!
Pardos escombros con festón de yedra,
donde afirma su rostro solitario
esfinge eterna, inquebrantable y muda.
La sarcástica risa de esa piedra
alumbra las tinieblas del santuario
y aterrado el mortal repite: ¡Duda!
Tomado de Poéticous.
Incluido por Mirta Yáñez en su Antología del soneto hispanoamericano. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1988 y 2018.