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La Liga Cubana se mudó al Ferroviario

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La Liga Cubana se mudó al Ferroviario

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Por desidia Camagüey perdió uno de sus clubes emblemáticos, el Ferroviario. Su derrumbe y ruina ha sido un duro golpe para la bellísima historia de una institución que, lejos de ser un símbolo burgués, fue el corazón cultural de la zona norte urbana; una asociación, en la memoria colectiva de los ahora ancianos, impulsora de bailes, orquestas y también del deporte, al extremo de lograr algo impensable: que el principal evento beisbolero de la Cuba Republicana mudara sus encuentros a la tierra de los tinajones.

Martín Dihigo

Ocurrió en 1936. Imagínense la pujanza de los Ferrocarriles Consolidados y del Club Atlético Ferroviario (CAF, fundado en 1923) cuando costearon el transporte y alojamiento de los cuatro equipos emblemáticos: Almendares, Habana, Santa Clara y Marianao. ¡Oh!, estuvieron en Camagüey las estrellas negras estadounidenses: Diablo WellsCy Perkins, Jorocón WilsonLuis Tiant (padre), y también Adolfo Luque, Miguel Ángel González, Martín Dihigo y Alejandro Oms, entre otros. ¿Quién hubiera podido pedir autógrafos y fotos?

Aunque la Liga Cubana había tenido partidos fuera de La Tropical habanera (en el parque Aida Park, de Cienfuegos, y en La Boulanger, de Santa Clara), nunca antes se había mudado completa. El antecedente habían sido los juegos correspondientes a los Leopardos santaclareños, pero zona neutral para todo el evento sólo hubo en ese año 36 en el Ferroviario. Fue un acuerdo entre Adalberto Fernández Artiles, presidente del CAF y de la Dirección General de Deportes en “el legendario”, con José López del Valle, presidente de la liga profesional, y no parece que fuera mal negocio, pues ante la avasalladora campaña del Santa Clara poca gente estaba asistiendo al campo de la cervecera de Julio Blanco y al terreno de Carlos III, cuestión revertida en la variante camagüeyana. Buena jugada.

Un ejército de carpinteros hizo reformas a las gradas del Ferroviario y llegaron excursiones de toda la amplia provincia. Los precios fueron de 50 centavos a la sombra, 30 para damas, niños y militares, 25 para los socios del CAF, más la supresión de la popular y económica grada al sol (para que nadie pudiera colarse). Estamos hablando de una pequeña fortuna en el postmachadato.

El 19 de enero los Leones rojos del Habana aventajaron 5-4 a los Leopardos, con éxito de Tiant y jonrón de Wells, pero en la tarde los “pilongos” aplicaron el desquite 5-1 del brazo del Inmortal Dihigo. Al término de los pleitos volvieron en tren a la capital.

El 23, 24 y 25 de enero hubo calendario en La Habana ¡Y se estaba definiendo el trofeo! Nadie podía parar al Santa Clara, eran casi campeones antes de tiempo. No obstante, el 27 de enero otros vagones trajeron a los Monjes Grises del Marianao para definir en Camagüey el monarca de Cuba. Aquí los esperaban los invencibles Leopardos, quienes para no perder la forma deportiva habían enfrentado al equipo amateur del Regimiento 2 Ignacio Agramonte.

Fáciles triunfos frente al Marianao el 27 y el 28, pues Habana y Marianao toparon doble. La Liga tuvo su término antes de tiempo porque Santa Clara tenía suficiente ventaja sobre Almendares, por tanto, no hacían falta más juegos, aunque sí se efectuaron en Camagüey los restantes del calendario.

¡Los últimos dos resultados Almendares-Santa Clara en el Ferroviario de Camagüey no fueron de manera total a la estadística final! No aparecen en el famoso libro de la historia del béisbol en La Habana, Matanzas y Cárdenas, o sea, que son datos que pueden variar la historia oficial.

Aquí la multitud aclamó por Adolfo Luque, el director de los azules alacranes, quien no pudo asistir porque tuvo que acudir al llamado de las Grandes Ligas para entrenar a los novatos de los Gigantes de New York y envió sus disculpas con el cátcher José María Fernández. No obstante, hubo un gran espectáculo y los batazos de Wells pudieron cambiar el liderato de ese año. Martín Dihigo concluyó como manager campeón y líder en average, sin embargo, de haberse tenido en cuenta lo acaecido, esa corona le correspondería al “americano”. Uno de los mejores equipos de todos los tiempos se coronó en Camagüey, hasta los números finales pudieran cambiar y nadie se acuerda… ¡Siempre aparecen más curiosidades en nuestra pelota!

Hasta aquí la historia de la mudanza ferrocarrilera, realizada con tanto glamour que los Consolidados juntaron ideas con los Ferrocarriles Unidos y organizaron un tren para que cuatro mil cubanos del resto de las provincias viajaran ese año a ver a los Cardenales de San Luis en La Habana… Ya ésa es otra historia.

De la prensa de la época.
Cortesía de Oreidis Pimentel.
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