Como el agua de un río que pasa sin dejar de pasar, así es la Moda. Variará indefinidamente para seguir el rumbo que la cambiante naturaleza humana le imponga, igual que en el agua del río serán las ondas más o menos pronunciadas por los nuevos afluentes o por las lluvias. Una y variada, como alma femenina, así es la Moda, reina perpetua de un mundo en constante envejecer se renueva y embellece.
La Moda es manera, modo, costumbre, y como tal, susceptible de adaptación. De ahí su versatilismo (sic) y su novedad eterna. Ella rige en todos los aspectos del humano vivir: político, social, artístico, industrial. Hoy por hoy, la humanidad se halla dividida en dos tendencias políticas: democracia y comunismo; dos modos de interpretar el bien de la sociedad integrada por el individuo considerado como tal o como fracción de masa colectiva. Dos modos, dos MODAS.
Y así en la industria, en las artes, en sociedad, en el vestir, se eslabonan nuevas manifestaciones del sentir de la época. Antes se bailaba el vals, hoy priva la conga. No hace muchos años, la mujer elegante dejaba al descubierto sus piernas de las rodillas hacia abajo, ahora son apenas unas pulgaditas sobre los tobillos. Antaño, las damas elegantes practicaban equitación en sillas especiales, en la actualidad imitan al hombre en vestimenta y actitud sobre la bestia. Cambian los tiempos, cambian las modas… aunque no la Moda. Ella es una y eterna en esencia, porque representa la aspiración suprema del espíritu humano: perfección y belleza, que nunca morirá. Ella es múltiple y diversa en apariencia, porque representa la sed insaciable de novedad que lleva dentro cada corazón; y ella, en sus metamorfosis, miente la fuente propicia que calmará la sed.
Ella sugiere, no ordena; es una graciosa majestad, no un rígido código de leyes. Sus normas son flexibles como el acero. Hay seres que poseen un fino sentido para captar y adaptar a su personalidad esas sugerencias de la Moda. Hay otras que, por carecer de tan precioso don, no logran sino caricaturizarla.
Ella es la clave del éxito en cualquier momento del vivir en sociedad. Saberla interpretar es un arte.
Center Line, Mich., Mayo de 1949.
La Gran Señora, la de las telas largas y los precios cortos – Cortesía de Pável García
Tomado de Directorio Social de Camagüey, 1949. Camagüey, El Camagüeyano, Compañía Comercial S.A., 1949, p.391.