Mariano, así nació la poesía:
humo de sangre que la vida exhala
y luego se depura todavía
y asume voz al remontar el ala.
Sus raudos hijos la palabra cría:
risas y llantos en el trino iguala:
siendo victoria, vive de agonía,
y se agota de austera siendo gala.
Dureza blanda, eternidad ansiosa,
tesoro esquivo pero nunca vano,
fugitivo cristal, perenne rosa...
Tú lo sabes de sobra; tú, Mariano,
que sueles suspender la mariposa
con el encantamiento de tu mano.
Tomado de Poéticous