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El mensaje del presidente Mc. Kinley

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El mensaje del presidente Mc. Kinley

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Como verán nuestros lectores, el mensaje presidencial en lo que a la Isla de Cuba se refiere, puede asegurarse que coincide notablemente con las ideas expuestas en el luminoso informe presentado por el Secretario de (ilegible) de los Estados Unidos, y (ilegible) documento ya tenían noticia nuestros favorecedores por las (ilegible) publicados en una edición (al parecer dice anterior) de Las Dos Repúblicas.

El Presidente Mc. Kinley en su mensaje enviado al Congreso el día 4 de diciembre, dice, entre otras cosas, la siguiente:

Al restablecimiento de la paz Cuba se encontró ocupada por los Estados Unidos. Hace alusión a la resolución del Congreso expresando que no existe tendencia o intención de ejercer soberanía, jurisdicción o control, sino la encaminada a pacificar (ilegible: parece decir la Isla o Cuba) —Hace constar la determinación de que cuando se haya logrado ese propósito, se entregará el Gobierno al pueblo de Cuba. Manifiesta que esta promesa es el mayor y más honroso compromiso asumido, y debe ser cumplido religiosamente. Cree que en ese sentido, se ha progresado positivamente y que todas las medidas administrativas adoptadas en Cuba, han ido encaminadas a preparar el pueblo para la regeneración de su existencia. Ayudar en (ilegible) al pueblo cubano, tomando (se supone que diga toda) clase de medidas racionales (a que) alcance el convencimiento, respeto y confianza en su (ilegible) que lo capacite, como (comuni)dad ilustrada para el gobierno propio dentro de su esfera de acción y le permita cumplir todos sus compromisos con el exterior. Los Estados Unidos asumieron grave responsabilidad al hacerse cargo del futuro buen gobierno de Cuba y han aceptado esta misión, cuyo cumplimiento implica la más severa integridad de propósito y el ejercicio de la mayor cordura. La nueva Cuba tiene necesariamente que estar ligada a nosotros por lazos de singular intimidad, reforzados por la duración de su bienestar.

El destino de Cuba está de cierta forma o manera legítima e irrevocablemente enlazado con el nuestro, por más que de qué modo, o hasta qué punto sea, solo el porvenir determinará. Cualquiera que sea el resultado final, estamos obligados a ver que Cuba libre, sea en realidad libre, y no en el nombre. Una entidad perfecta; y no un experimento hecho a la carrera, encerrando en su seno elementos de peligro. Nuestra misión es cumplir aquello por lo cual arrostramos la guerra y no sería llevar a cabo la obra abandonando al garete una nación constituida a la ligera para que afronte las vicisitudes que a menudo traen tras sí los Estados débiles.

La mayor bendición que puede sobrevenir a Cuba es el restablecimiento de su prosperidad en la agricultura y las industrias que proporcionen empleo y trabajo al desocupado y restablecer las demás faenas propias de la paz. Esta es su necesidad principal y del momento.

Cuando el resultado del Censo sea tabulado en los Estados Unidos, se procederá a verificar las elecciones municipales que colocarán el gobierno municipal en manos de los elegidos por su pueblo. La experiencia de este modo adquirida, resultará en gran valor para llevar a cabo las reformas cuando reunidos en asamblea los representantes del pueblo, haya de redactarse la Constitución y establecerse un sistema general de gobierno independiente. Mientras tanto, y durante el tiempo que los Estados Unidos ejerzan control en Cuba, los productos cubanos deberán contar con el mercado de los Estados Unidos bajo buenas condiciones y concedénseles tantas ventajas como le(s) sean dadas a las demás Antillas con las cuales existan tratados de reciprocidad.

El Departamento de Guerra ha repartido entre cubanos indigentes cinco millones cuatrocientos noventa y tres mil raciones, cuyo costo es un millón cuatrocientos diecisiete mil quinientos cincuenta y cuatro pesos.

La suma de dos millones quinientos cuarenta y siete mil setecientos cincuenta pesos, ha sido repartida entre los cubanos que depositaron sus armas.

De las rentas de la Isla durante los últimos seis meses terminados en junio primero de 1899, se gastaron setecientos doce mil catorce pesos en obras de saneamiento; la suma de doscientos noventa y tres mil ochocientos sesenta y un pesos en el sostenimiento de hospitales y demás instituciones de beneficencia; y la suma de sesenta y ocho mil novecientos cincuenta y cuatro pesos, en socorro del desvalido.

En la actualidad se encuentran en Cuba trescientos treinta y cuatro jefes y oficiales y diez mil setecientos noventa y seis soldados, pertenecientes al ejército de los Estados Unidos.

El sistema postal de Cuba es completamente independiente. Está acordado que los déficits que pudieran resultar en las rentas de correos, sean cubiertas por el Tesoro General de la Isla.

El mensaje se ocupa extensamente de la cuestión de Filipinas. Manifiesta el Presidente que cuando las tropas que están actualmente en camino lleguen a su destino, el ejército de operaciones en Filipinas se compondrá de dos mil cincuenta y un jefes y oficiales y sesenta y tres mil cuatrocientos ochenta y tres soldados. Habrá todo motivo para creer que entonces se determinará un cam(bio) conforme los deseos de la inmensa mayoría del pueblo filipino.

El Presidente hace constar que jamás ningún oficial o autoridad americana prometiera a Aguinaldo, que los Estados Unidos concederán la independencia a los filipinos.

El Presidente manifiesta, en lenguaje terminante, que los insurrectos serán obligados a someterse y que la rebelión tiene que ser sofocada.

Respecto a Puerto Rico, dice el Presidente Mc Kinley:

La hora ha llegado de establecer una forma provisional de gobierno en Puerto Rico. Sus productos deben entrar en los Estados Unidos, libres de derechos.

En conclusión, el Presidente declara que los Estados Unidos están en paz y amistad con todos los gobiernos del mundo.


Suplemento a Las Dos Repúblicas, Camagüey, 7 de diciembre de 1899.

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