Responso por Ballagas
Sí, ya lo ven ustedes. Ha muerto Emilio Ballagas y todo sigue igual, inalterable, corriendo por ahí como si tal cosa. Los pasquines disfrazando la ciudad de un carnaval sucio y grotesco. Las gentes a sus cines y a sus diversiones. Los políticos a sus...
Mi suma ideológica
Luis Pichardo Loret de Mola, escribiendo lejos de la gran ciudad que es La Habana, más cerca de la substancia de la patria y de la existencia, ha sabido robarle, como muy pocos, esa hondura celestial al duro periodismo de todos los días. Yo, sincera e...
Ponce, el pintor ciego
En un afán de contrastar su fuerza, se me ocurrió una tarde, hacer subir este diálogo al escenario del Lyceum, absolutamente consciente de las implicaciones intelectuales que esto suponía. El teatro pertenece por esencia, a un orden sentimental. El es...
Sobre el autor
Luis Amado Blanco (Asturias, 1903 – Roma, 1975) se graduó de Odontología en la Facultad de Medicina de San Carlos, en Madrid. En 1936 llega a Cuba, donde se acoge a la ciudadanía cubana y realiza un estimable aporte a la vida cultural del país. Además de diplomático, profesor y escritor, su labor periodística le hizo merecedor de los premios más importantes de la prensa cubana de la época. Publicó el poemario Norte (1928), el libro de viajes 8 días en Leningrado (1932), Poema desesperado a la muerte de Federico García Lorca (1937), Claustro (1942), Un pueblo y dos agonías (1955), Doña Velorio: nueve cuentos y una nivola (1960), Ciudad Rebelde (1975) y Tardío Nápoles (1977), entre otros.