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A la memoria de Ignacio Agramonte Loynaz


     Cayó, como un titán, que en la tormenta

     vibrante rayo súbito fulmina,
     del frente de batalla que domina
     arrancado por ráfaga violenta.

     Llora, Cuba humillada y macilenta,
     nota que tanto mal te vaticina,
     y de ese campo de pavor y ruina
     fija en tus ojos la visión sangrienta.

     Todo cayó con tu adalid gallardo,
     pálida madre, insomne y dolorosa,
     ¡qué al menos su memoria no sucumba!

     Ven, patria, que perdiste a tu Bayardo,
     ven, como cumple a sierva temerosa,
     en la noche a gemir sobre su tumba.


Tomado de Enrique José Varona: Escala de varia intención. Selección de textos. Compilación y prólogo Cira Romero. La Habana. Ed. Letras Cubanas, 2011, p.94.

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