Yo te ruego, Ignacio idolatrado, por ellos, por tu madre y también por tu angustiada Amalia, que no te batas con esa desespera...
Nunca he olvidado el deleite con que escuchaba a Francisca, y cuando ahora, al cabo de tanto tiempo, se me pide que escriba un...
Llora, Cuba humillada y macilenta, nota que tanto mal te vaticina, y de ese campo de pavor y ruina fija en tus ojos la visi...